Acudir a tu médico te ayudará a evitar que esas lesiones que puede parecer mínimas se conviertan en un verdadero problema de salud
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A menudo, nuestra piel presenta ciertas lesiones a las que no prestamos atención porque pensamos que son inofensivas. Sin embargo, cuando se trata de lesiones premalignas o malignas, no atenderlas a tiempo puede convertirse en un grave problema para nuestra salud.
Existen diversas lesiones de la piel que pueden ser comunes y otras pueden ocurrir, dependiendo de las condiciones médicas del individuo. Estas lesiones pueden ser lunares, zonas hundidas o, por el contrario, elevadas; áreas con mucho enrojecimiento o con mucho pigmento, zonas oscurecidas y hasta úlceras. En cualquier caso, es necesario evaluarlas para descartar cualquier anomalía.
Muchas de las lesiones pueden ser provocadas por la exposición continua a los rayos del sol, en el caso de aquellas personas que tienen profesiones en las que siempre están al exterior o que practican algún deporte o actividad recreativa al aire libre y no protegen su piel.
Cabe mencionar que también hay pacientes predispuestos a desarrollar distintos tipos de cáncer de la piel o que tienen un historial familiar de múltiples lesiones con pigmentos (lunares) que los puede predisponer a desarrollar melanoma, que es el cáncer de piel más peligroso que existe.
De otra parte, también hay una pequeña población de pacientes con diversas condiciones autoinmunes que requieren medicamentos inmunosupresores como, por ejemplo, la enfermedad de Crohn, psoriasis y varias condiciones reumatológicas, lo que los pudiera predisponer a desarrollar cáncer en la piel.
Sea cual sea el caso, todas las personas deben estar atentas al cuidado de su piel y actuar con diligencia, en caso de notar la aparición de lesiones. La clave es identificar aquellas lesiones que tengan un tamaño mayor al del borrador de un lápiz, ver si están creciendo rápidamente, si cambian de color y textura, o si son lesiones que molestan o duelen.
Por tal motivo, aquellos pacientes con lunares deben estar al pendiente de estos, mediante una examinación anual para poder monitorearlos. En estos chequeos, que se realizan con un instrumento llamado dermatoscopio, se evalúa el cuerpo completo para verificar la evolución de esos lunares.
Para esto, la Academia Americana de Dermatología estableció unos criterios básicos para detectar los signos de advertencia del melanoma, conocidos como la “regla ABCD”. El acrónimo se identifica como sigue: la A viene de “asimetría”, que significa que la estructura de la lesión no es uniforme; la B de “bordes”, significa que sus bordes son irregulares; la C es el “color”, si la lesión tiene variación en el pigmento, unas áreas más claras y otras más oscuras; y la D se refiere al “diámetro”, si es mayor al tamaño de un borrador de un lápiz. Si la lesión cumple con esos criterios, la persona posiblemente necesite hacerse una biopsia para evaluar el riesgo de que las lesiones sean melanoma, que es el cáncer más peligroso de la piel.
Una vez se identifica que una lesión puede ser peligrosa, se realiza una biopsia para confirmar el diagnóstico. Usualmente, una lesión cancerosa o precancerosa se atiende con cirugía, pues hay que removerla. Una vez que se remueve, se repara el área, dependiendo de la extensión del daño.
La eliminación de lesiones premalignas reduce la aparición de enfermedades malignas. Casi todos los cánceres de la piel se pueden curar mediante escisión temprana o destrucción del tejido afectado. Por esta razón, es importante conocer los factores de riesgo para desarrollar cáncer de la piel, educarse sobre la reducción del riesgo e incluir la inspección de la piel para detectar lesiones premalignas y malignas como parte de los exámenes de rutina de mantenimiento de la salud.
Quienes obvian el chequeo de su piel —que es el órgano más grande del cuerpo—, se están jugando la carta equivocada porque, luego, el procedimiento para atender el problema va a ser mayor, pues se debe remover más tejido y puede haber una mayor dificultad para la reconstrucción. Así que acude a tu dermatólogo y revisa tu piel, de manera que esas lesiones que pueden parecer mínimas no se conviertan en un problema de salud mayor.
El autor es otorrinolaringólogo y cirujano plástico facial, miembro de los Latin Doctors y colaborador de MCS.
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