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Retinopatía diabética: consecuencia grave de la diabetes que no se puede ignorar

Se estima que esta afecta a aproximadamente el 40 % de las personas con diabetes

12 de noviembre de 2023 - 12:00 AM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
Se estima que la retinopatía diabética afecta a aproximadamente al 40 % de los diabéticos. (Shutterstock)
El doctor José Álvarez Romagosa es ginecólogo obstetra, miembro de los Lati9n Doctors y colaborador de MCS.
El doctor José Álvarez Romagosa es ginecólogo obstetra, miembro de los Lati9n Doctors y colaborador de MCS. (Suministrada)

La diabetes mellitus se encuentra entre las principales causas de ceguera en Estados Unidos y otros países desarrollados, en especial en las personas en edad laboral y la retinopatía diabética es una complicación ocular que afecta a quienes padecen diabetes y una de las principales causas de ceguera en el mundo. Se estima que afecta a aproximadamente al 40 % de los diabéticos.

Debido a la progresión de la enfermedad, al cabo de algunos años, se producen ciertos cambios en la retina prácticamente en todas las personas con diabetes, reciban o no tratamiento con insulina. Las personas diabéticas que también sufren hipertensión arterial tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar retinopatía diabética, dado que ambas enfermedades producen daño en la retina. El embarazo también puede empeorar la retinopatía diabética.

Para que abunde más sobre este tema, converso con el doctor Ferdinand Rodríguez Agramonte, quien es especialista en Oftalmología, con una subespecialidad en retina.

El doctor Ferdinand Rodríguez Agramonte es especialista en Oftalmología, subespecialista en retina y colaborador de MCS.
El doctor Ferdinand Rodríguez Agramonte es especialista en Oftalmología, subespecialista en retina y colaborador de MCS. (Suministrada)

¿Qué es la retinopatía diabética?

“La retinopatía diabética es cuando los niveles de azúcar elevados a causa de la diabetes desestabilizan la pared interna de los vasos sanguíneos de la retina. Esto provoca que ocurra un escape de la sangre que normalmente cursa a través de esos vasos sanguíneos y se acumula entre las capas de la retina”, explica el colega Rodríguez Agramonte, quien agrega que “dicho evento puede causar pérdida de visión y ceguera”.

Al comentar que esta afección se clasifica en dos categorías principales: retinopatía no proliferativa y retinopatía proliferativa, explica que la no proliferativa se clasifica como leve, moderada, avanzada o bien avanzada.

“Se considera proliferativa cuando se desarrollan vasos sanguíneos anormales encima de la retina. Esto causa sangrado sobre la retina y la inflamación por la presencia de esta sangre puede crear membranas, que, al contraerse, resultan en un desprendimiento traccional diabético”, asevera, al mencionar que de la retinopatía diabética puede surgir otra complicación conocida como edema macular diabético.

“La mácula es el área central de la retina y es responsable de la agudeza visual [detalles finos]. La extravasación o salida de sangre de los vasos sanguíneos puede causar hinchazón en el área de la mácula, conocida como edema macular diabético. El edema macular puede ocurrir en cualquier etapa de la retinopatía diabética, desde la más leve hasta la más severa, incluyendo la proliferativa”, aduce.

¿Cuáles son sus síntomas?

Si bien en sus etapas tempranas la retinopatía diabética no causa ningún síntoma, es necesario el cernimiento preventivo con un oftalmólogo y/o retinólogo, afirma el doctor Rodríguez Agramonte, quien sostiene que, incluso, es posible que aún en las etapas más avanzadas, el paciente no tenga ningún síntoma visual.

“Cuando tiene edema macular diabético, el paciente nota la visión central borrosa y distorsión de imágenes. En casos bien severos, se puede notar una pérdida casi total de la visión central, aunque nunca [se ve] todo negro”, dice.

Mientras tanto, describe que las etapas más avanzadas de la retinopatía diabética se caracterizan por sangrado vítreo [sangrado dentro de la cavidad del ojo] y desprendimiento de retina traccional. “Estos casos pueden resultar en pérdida de visión y ceguera total”.

“La sangre arterial lleva oxígeno a los tejidos. Otra razón por la cual [los pacientes] pueden perder visión es por la falta de oxigenación adecuada de los tejidos de la retina debido a la pobre circulación de sangre y oxígeno que caracteriza a los pacientes diabéticos. Esto se conoce como isquemia macular”, consigna.

¿Cómo se realiza el diagnóstico?

Para un diagnóstico certero, el doctor Rodríguez Agramonte destaca que es necesario que un oftalmólogo y/o retinólogo realicen un examen comprensivo que comienza por verificar la visión con la receta de espejuelos actualizada. Luego se verifica la presión del ojo y se dilata la pupila para poder evaluar la retina adecuadamente.

“Para evaluar el edema macular se puede hacer un estudio de tomografía de coherencia óptica, que ayuda a visualizar los bolsillos de líquido que se forman debajo y entre las capas de la retina”, describe, a la vez que señala que “el desarrollo de neovascularización se evalúa con el examen de fondo del ojo y haciendo una angiografía con un tinte vegetal por vena llamado fluoresceína”. Este se inyecta por la vena y transita hasta la circulación de la retina. Se toman unas fotos con filtros especiales y se obtiene información adyuvante al examen clínico. Ayuda para evaluar la circulación a la mácula y la retina periférica, detalla sobre el procedimiento.

Igualmente, recomienda que los diabéticos tipo 1 reciban una evaluación comprensiva de retina a los cinco años de su diagnóstico, mientras que para los diabéticos tipo 2 recomienda un examen comprensivo de retina al momento del diagnóstico.

¿Cuál es el tratamiento o los tratamientos?

Según destaca el doctor Rodríguez Agramonte, lo más importante es la optimización del tratamiento de la diabetes, la hipertensión y el colesterol. Ya que, “si esto no está controlado, tratar solo la retinopatía diabética es como nadar contra la corriente”.

Así, especifica que el edema macular se trata con inyecciones intraoculares (dentro del ojo) de medicamentos antiangiogénicos. Estas se comienzan en intervalos mensuales y se va extendiendo el tiempo entre las inyecciones, a medida que la hinchazón de la retina va mejorando.

Por su parte, cuando la retinopatía diabética está en etapa proliferativa, el tratamiento es láser a la retina periférica enferma para evitar que la retina enferma libere moléculas mensajeras que resulten en formación de neovascularización (vasos sanguíneos patológicos que causan sangrado y desprendimiento de retina). En tanto que el desprendimiento traccional diabético se trata con cirugía, una vitrectomía con láser y, en algunas ocasiones, gas o aceite de silicón.

Si tienes diabetes, habla con tu médico primario sobre cómo controlar los niveles de azúcar en la sangre, pues los niveles altos de azúcar en la sangre dañan los vasos sanguíneos en la retina.

Recuerda que la retinopatía diabética puede detectarse antes de tener problemas de visión, así que visita regularmente a tu oftalmólogo y/o retinólogo para hacerte exámenes oculares con pupila dilatada. Si eres diabética y estás embarazada, debes someterte a este examen aproximadamente una vez cada tres meses.

El doctor José Álvarez Romagosa es ginecólogo obstetra y miembro de los Latin Doctors; y el doctor Ferdinand Rodríguez Agramonte es especialista en Oftalmología y subespecialista en retina. Ambos son colaboradores de MCS.

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Este contenido fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.

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