Ana Yris Guzmán y Justo Méndez Arámburu dan vida a su misión de convertirse en espacio dedicado al servicio comunitario
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Hace 22 años, tras un infortunado accidente que privó la vida de su hija Ana Mercedes, Justo Méndez Arámburu recibió, a través de un sueño, una instrucción particularmente específica: tenía que “construir una escuela”. Su esposa, Ana Yris Guzmán Torres, apoyó el proyecto y, juntos, fundaron Nuestra Escuela, un proyecto educativo que, por segundo año consecutivo, recibe la distinción como uno de los Mejores Patronos.
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Guzmán es la presidenta ejecutiva de esta organización sin fines de lucro que opera planteles en Caguas y Loíza. Su equipo administrativo y docente (incluyendo tres empleados a tiempo parcial), suma 77 personas.
“Nuestra Escuela, Inc. es un proyecto formativo sanador, que aspira a la transformación de la vida de sus integrantes”, expresó Guzmán. “Es una escuela alternativa dirigida a jóvenes que, por alguna razón, han abandonado la escuela. Aspiramos a integrar al grupo familiar de cada participante, en su proceso de retomar sus estudios, en un ambiente de paz”, dijo.
Como directora de recursos humanos, Sharon Ramos apoya la gestión de Guzmán Torres, así como del resto de su equipo, incluidos los estudiantes.
“Cada centavo que se invierte en nuestro proceso se le ha presentado a nuestros participantes. Los incluimos en nuestras decisiones para que entiendan nuestra situación fiscal”, indicó la presidenta ejecutiva. “Hemos servido a una población de 2,129 participantes estudiantes y se han graduado 1,616. Contamos con una retención sostenida de 94 por ciento”, destacó.
En el desarrollo y crecimiento de la escuela, reestructurar las escalas salariales de su facultad, con la idea de atraer y reclutar el mejor talento, fue un proceso necesario, aunque difícil a nivel fiscal. Guzmán y Ramos concurrieron en que la mayor rotación de empleados es la población magisterial, lo que creaba cierta inestabilidad.
“Contratamos recursos jóvenes que están estudiando y no tienen experiencia, así que, cuando se gradúan, consiguen otros empleos… y hay que empezar de nuevo”, admitió la presidenta ejecutiva.
“Requerimos que cada miembro de la facultad sea un experto. Si necesitan capacitación docente, se la ofrecemos para apoyar su gestión en el espacio de aprendizaje”, recalcó Guzmán. “Con esta revisión salarial, más a tono con la realidad actual, nuestra facultad con mayor experiencia recibe una mejor compensación que en el Departamento de Educación”, aseguró.
Tras completar la revisión salarial al personal docente, el equipo ejecutivo de Nuestra Escuela, Inc. ha tenido un gran aprendizaje. “Cuando empezamos a trabajar el plan estratégico de 2021, una de nuestras metas fue ser parte de los Mejores Patronos. Aprovechamos esa oportunidad, porque nos planteó que, como institución, podíamos lograr metas altas e incrementar beneficios”, indicó.
Por su parte, Ramos explicó que, entre los beneficios que ofrece Nuestra Escuela, Inc. se incluye un plan 401(k), suplido de materiales para su práctica docente y apoyo económico en tiempos de crisis. Los empleados disfrutan de dos períodos de vacaciones al año, así como la concesión de días libres adicionales, sin cargo a la licencia de vacaciones. “En algunos casos, el tiempo de vacaciones excede los 20 días laborables”, dijo Ramos.
La protección del cónyuge o pareja, el uso de días de enfermedad para el cuidado de familiares y servicio de almuerzo libre de costo son otros de los beneficios que ofrece la institución. También cuenta con un centro de cuidado diurno, “que permite al personal ejercer sus funciones, mientras integra un cuidado con apego a sus criaturas”, mencionó Guzmán.
Además de servir a sus participantes, Nuestra Escuela, Inc. se considera la “escuela de todos”, por su contacto y disposición para personas y grupos que así lo necesiten. Ha servido como centro de reuniones para grupos y organizaciones. El uso de una finca-escuela en el barrio Collores, habilitada para acomodar a 50 personas y propiedad de la institución, es constantemente solicitado para realizar actividades de fin de semana.
En la emergencia provocada por el huracán Fiona, Nuestra Escuela, Inc. ha servido como centro de acopio y distribución de artículos primarios, comedor comunitario y punto de oasis y de recarga para equipos electrónicos. “También trabajamos en alianza con Taller Salud para entregar alimentos en Ponce”, resaltó Guzmán.
Al saberse recipientes de esta distinción, Yarelis Sánchez, coordinadora de Nuestra Escuela, Inc. en Caguas, hizo hincapié en el trabajo dedicado y amoroso que realizan para sus participantes. “Es algo que se siente [en la organización]. Siempre tenemos a un estudiante en la toma de decisiones y todos estamos enterados de cada detalle que pasa aquí”, señaló.
“Eso, quizá, nos ha traído esta distinción”, reflexionó Guzmán. “Algo importante que la gente valora es la confianza. Hemos demostrado que este es un espacio seguro y amoroso para quienes nos necesiten”, destacó la cofundadora y presidenta ejecutiva.
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