Los méritos de las causas no excusan la negligencia en la planificación, puesta en vigor y rendición de cuentas de las obras públicas que, además de onerosas, quedan absurdamente inconclusas. Ejemplo de desatino administrativo es el gasto de $16 millones en el Museo de la Música del Municipio de Guaynabo, el cual no ha podido abrir sus puertas y está en visible deterioro.