Es de importancia modificar el estilo de vida, incluyendo seguir una dieta balanceada y realizar al menos 150 minutos de actividad física a la semana. (Shutterstock)
Nadyeschka Rivera Santana, MD
Nadyeschka Rivera Santana, MD (Suministrada)

La diabetes mellitus es una condición médica crónica que se caracteriza por niveles altos de glucosa en sangre. Esta es causada por un defecto en la producción de la insulina, en la acción de la insulina, o una combinación de ambas. La insulina es una hormona producida en el páncreas cuya función es permitir la utilización de glucosa por las células como fuente de energía.

Estudios epidemiológicos reportados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) determinaron que, para el año 2021, la prevalencia de diabetes en la población adulta de Puerto Rico era de un 16.8 %.

El Departamento de Salud de Puerto Rico identificó que, para el año 2020, la diabetes fue la tercera causa de muerte en nuestra isla. Conociendo estos datos y puesto a que la incidencia y prevalencia de esta condición va en aumento, es de vital importancia conocer más sobre esta.

Existen varios tipos de diabetes, siendo la diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2 las más frecuentes. La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune donde nuestro sistema inmunológico crea anticuerpos que destruyen las células del páncreas, las cuales son las responsables de producir insulina, ocasionado así una deficiencia de insulina.

La diabetes tipo 2 se caracteriza por resistencia a la insulina o una disminución en la producción de esta, donde se estima una pérdida de función de las células de un 50 a 80 % al momento del diagnóstico.

Entre los síntomas más comunes de la diabetes que debemos reconocer se encuentran un aumento en la frecuencia de orinar, aumento en sed y hambre, pérdida de peso inesperada, visión borrosa, cansancio extremo e infecciones recurrentes. Si tú o algún familiar presentan estos síntomas es primordial que visiten a sus médicos para realizar pruebas diagnósticas.

Existen varias pruebas de sangre que se pueden utilizar para diagnosticar la diabetes y, comúnmente, estas deben ser repetidas. La prueba de la HbA1c (hemoglobina glucosilada), nos proporciona un promedio de cómo han estado sus niveles de glucosa en la sangre en los últimos tres meses, siendo un nivel de 6.5% positivo para diabetes. En la prueba de tolerancia oral a la glucosa se miden los niveles de glucosa antes y dos horas después de la ingesta de 75 gramos de glucosa (en una bebida liquida). Un nivel de glucosa 200mg/dL a las dos horas de la ingesta de la bebida es considerado diagnóstico de diabetes.

De igual forma, un nivel de glucosa en sangre de 126mg/dL en una prueba de sangre, luego de un ayuno de más de ocho horas, también se considera un diagnóstico para la diabetes mellitus. Por otra parte, si el paciente presenta los síntomas de diabetes antes mencionados y tiene un nivel de glucosa en la sangre mayor de 200mg/dL en una prueba realizada en cualquier momento del día se considera un diagnóstico para diabetes y esta prueba no tiene que ser repetida.

Como parte del tratamiento para todos los tipos de diabetes, es de importancia modificar el estilo de vida, incluyendo seguir una dieta balanceada y realizar al menos 150 minutos de actividad física a la semana. El tratamiento para la diabetes tipo 1 es mediante la administración de insulina, ya sea mediante múltiples inyecciones diarias, uso de infusión continua de insulina (bomba de insulina) o vía intranasal. Existen varios tipos de insulina las cuales se clasifican según su origen, cuán rápido actúan y cuánto tiempo duran en el organismo. Para la diabetes tipo 2 hay disponibles varias clases de medicamentos tanto orales como inyectables que actúan a través de distintos mecanismos, con el fin común de disminuir los niveles de glucosa en sangre.

Existen pacientes que viven con diabetes mellitus tipo 2 que también requieren de insulina como parte de su tratamiento. La terapia farmacológica debe ser individualizada, tomando en consideración el tipo de diabetes, la edad y la presencia de otras enfermedades coexistentes.

Padecer de diabetes aumenta el riesgo de complicaciones a corto y largo plazo. Como parte de la prevención de estas complicaciones, es importante mantener niveles de glucosa adecuados y llevar un estilo de vida saludable. Tener un seguimiento cercano con tu médico de cabecera y endocrinólogo debe formar parte del manejo de tu condición para evitar o retrasar complicaciones.

La autora es endocrinóloga.

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Este contenido fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.

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