Debemos exigir una sociedad donde los niños puedan ser participantes activos, se les devuelvan sus espacios para la diversión y no se les exija madurar antes de tiempo, escribe Fernando A. Cuevas Quintana
Debemos exigir una sociedad donde los niños puedan ser participantes activos, se les devuelvan sus espacios para la diversión y no se les exija madurar antes de tiempo, escribe Fernando A. Cuevas Quintana
La gestación de un ser humano comienza a generar expectativas desde antes de su nacimiento. Las familias construyen ideas sobre las posibles conductas de la niña o el niño por nacer y las experiencias que desean tener junto al nuevo integrante del hogar. En ocasiones, incluso se planifica una fiesta para conocer el sexo de la criatura, anticipando relaciones, gustos, profesiones y hasta las posturas que asumirá la nueva persona que aún no ha conocido el mundo.
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