Novelistas, poetas, compositores, deben rodar fortuna lejos de las fronteras porque no tienen cabida en el país del silencio, donde las palabras y la imaginación han sido declaradas subversivas, escribe Sergio Ramírez
Novelistas, poetas, compositores, deben rodar fortuna lejos de las fronteras porque no tienen cabida en el país del silencio, donde las palabras y la imaginación han sido declaradas subversivas, escribe Sergio Ramírez
Uno de estos días me encontré en Madrid con el joven músico nicaragüense Jandir Rodríguez, cuya canción Héroes de abril se volvió un verdadero himno en contra de la represión que tantos muertos, encarcelados y exiliados produjo a partir del año 2018, hace ya cuatro años. Esa canción, que se volvió viral en las redes, fue el motivo para que ahora se encuentre desterrado, como tantos otros músicos, compositores e intérpretes, que ahora mismo están siendo obligados a dejar su país por la fuerza después de ser llevados a la cárcel, sus casas y estudios de grabación allanados, y sus instrumentos musicales confiscados, como armas de alta potencia letal.
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