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Recibo la primavera en el bosque seco de Joshua Tree. Primero: solo silencio. Mas enseguida: vientos sacudiendo nuestra morada como en pleno terremoto. Asustan, pero sigo disfrutando nuestro aislamiento extremo, dice Gerardo Lamadrid Castillo
Recibo la primavera en el bosque seco de Joshua Tree. Primero: solo silencio. Mas enseguida: vientos sacudiendo nuestra morada como en pleno terremoto. Asustan, pero sigo disfrutando nuestro aislamiento extremo, dice Gerardo Lamadrid Castillo
El verano extenso se extingue. Con incendios forestales aguardándome en California, atravieso las llanuras solitarias de Wyoming y Utah escuchando la psicodelia tejana de Khruangbin. Pienso: en estas regiones perennemente sin-urbanas con atardeceres salvajes, ¿cómo no van a creer en Dios? Esta belleza aterra. Con razón hay tantos fundamentalistas en este “flyover country” que siempre vota republicano.
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