Morovis - Es cerca del mediodía del domingo y el cuartel de la Policía Municipal de Morovis está en silencio, en un ambiente que parece de solemnidad y reflexión. No han transcurrido 24 horas desde que la pequeña área del retén, donde están parados cuatro oficiales de la uniformada moroveña, fue el escenario del feminicidio de Jackeline Santiago Rodríguez, el incidente fatal más reciente de la violencia machista en Puerto Rico.

Entre los oficiales que están a la entrada del cuartel, se encuentra el comisionado de la Policía Municipal, sargento Francisco Rosado Correa, quien aseguró que el agente que recibió a la mujer de 38 años en el lugar, y que presenció el feminicidio, actuó de la forma correcta, dentro de la situación, a la vez que reconoció que no se pudo implementar el protocolo para atender a las víctimas de violencia de género debido a la rapidez con la que se dieron los hechos.

“Todo cuerpo de seguridad, de la Policía, tiene su protocolo, que básicamente son los mismos. En este caso, prácticamente no se pudo implantar, ya que el lapso de tiempo, estamos hablando de segundos, ella llegó, hizo una declaración y no le dio oportunidad a los muchachos a llevar a cabo el protocolo”, aseguró Rosado Correa en el cuartel, que aún tiene marcas de las detonaciones que hizo el agente desde dentro del edificio.

Según el comisionado, el protocolo tiene como fin proteger la vida de la víctima, por ello, de ser necesario, se mueve a la persona del lugar y se detiene preventivamente al presunto agresor. En ese caso, aunque Santiago Rodríguez hizo lo que se le pide a las personas en situaciones de violencia -que busquen ayuda-, esto no salvó su vida.

“Estoy totalmente convencido de que el policía actuó de la forma correcta y que esta situación no nos define como Policía, en el sentido de que no se actuó de la forma correcta, porque el incidente se dio dentro de un marco en que prácticamente no se pudo actuar. Hasta cierto punto, yo me quedo asombrado de lo rápido y de la manera correcta que actuó el personal”, añadió el oficial en entrevista con El Nuevo Día.

De acuerdo con el pietaje de una de las cámaras de seguridad del cuartel, pasadas las 5:00 p.m. del sábado, la víctima llegó caminando al edificio junto al supuesto victimario, quien tocó el timbre y le abrió la puerta. En cuestión de segundos, el hombre sacó un objeto de su bolsillo -una pistola- e hizo detonaciones desde el marco de la entrada, lo que fue respondido por parte de un oficial con disparos desde dentro de la pequeña recepción del edificio policial.

“Ella hace una declaración como de que quiere recoger la ropa de la residencia. Acto seguido, sin mediar palabra y sin dar oportunidad a nada, estoy hablando de ni segundos, la persona que se encuentra en compañía de la víctima, que resultó ser el señor Luis Cruz Santiago, se observa cuando saca un arma de fuego y hace unas detonaciones. Uno de los compañeros que se encontraba en el retén repelió la misma”, relató el sargento Rosado Correa.

Cruz Santiago, quien se encontraba cumpliendo con un programa de desvío por violaciones a la Ley 54 para la Prevención e Intervención con la Violencia Doméstica, recibió varios impactos de bala, pero se encuentra estable y bajo custodia de la Policía en el Centro Médico.

“El agresor se está recuperando, él está bajo custodia nuestra. Está esposado a la camilla, esa es la realidad, porque, una vez sea dado de alta, va a ser trasladado a Arecibo para ir trabajando el proceso de lo que podría ser una radicación de cargos”, explicó el coronel Roberto Rivera Miranda, comisionado auxiliar de Investigaciones Criminales de la Policía de Puerto Rico.

Pese a que previamente había mencionado que Cruz Santiago tenía antecedentes de haber disparado contra otra expareja, el coronel aclaró que en realidad fue un intento de agresión con arma blanca. “El hecho del 2020, que fue con un cuchillo, después ella no tuvo interés. Cuando digo ella, es de la otra parte porque, en el caso de la occisa con él nunca se presentó una querella de Ley 54″, aseguró.

No obstante, los hechos por los que debía estar en un programa de desvío hasta el 26 de octubre, y por los que tenía una orden de protección en su contra, se suscitaron en 2022 e involucraba a la misma mujer, indicó Rivera Miranda.

De hecho, este periódico tuvo acceso a la resolución de este caso, en el que el hombre se comprometía, entre otras cosas, a no poseer o portar armas de fuego y blancas, así como no cometer otros delitos. Asimismo, debía cumplir con 52 terapias grupales para agresores de violencia doméstica, 12 individuales para ofensores de Ley 54 e igual número para la prevención en el uso de sustancias controladas. También, estaba obligado a mantenerse en contacto con el técnico sociopenal asignado a su caso y recibir supervisión nocturna.

Santiago Rodríguez era conocida por sus compueblanos moroveños, a los que atendía cuando era empleada de una panadería. Dejó tres hijos: una menor de 14 años y otros dos jóvenes de 20 y 21 años. La víctima sostuvo una relación con el señalado feminicida por alrededor de un año y medio, según dijo Rivera Miranda.

“Esto es algo bien aislado. Esto se iba a dar en el lugar que fuera porque, por lo que podemos observar, el caballero actuó con un menosprecio a la vida. Definitivamente, estamos seguros de eso. Esto era algo que lamentablemente se podía dar en cualquier lugar, pero se dio en un cuartel de la Policía”, verbalizó el comisionado de la uniformada de Morovis.

Este medio contactó al Departamento de la Familia para conocer quién tiene la custodia de la hija de Santiago Rodríguez, pero, al momento de esta publicación, no se ha obtenido el detalle.

Aunque Rivera Miranda no adelantó qué cargos se presentarían, precisó que siguen investigando. Ya se extrajeron videos de cámaras de seguridad del cuartel y se continuará entrevistando a allegados de la víctima.

De acuerdo con datos de la Policía, en lo que va de 2024, 19 mujeres han sido asesinadas, de las que ocho murieron en casos relacionados a la violencia de género.

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Tanto la Policía como la Oficina de la Procuradora de las Mujeres tienen herramientas para atender, confidencialmente, cualquier señalamiento o querella sobre un patrón de abuso, maltrato o situación por violencia de género. Si atraviesas por una emergencia o incidente que requiere la intervención inmediata de las autoridades, llama al Sistema de Emergencias 9-1-1. Si eres o conoces de una persona que atraviesa un patrón similar, puedes comunicarte con la Policía al 787-792-6734 o 787-343-2020, así como con la Oficina de la Procuradora de las Mujeres al 787-722-2977.