Una maestra de escuela elemental en Caguas denunció que el Departamento de Educación le adeuda más de $3,000 por horas trabajadas durante el programa de tutorías en horario extendido, pero personal del nivel regional de la agencia ha ignorado las directrices de pagarle su salario presuntamente como represalia por haber denunciado a una directora escolar.

Maribell Candelaria Rosa fue trasladada a mediados de enero de la escuela elemental Justina Vázquez a la Cipriano Manrique, ambas en Caguas, luego de obtener una orden de protección en contra de la directora del primer plantel, por lo que describió como un “patrón de abuso de poder, acoso laboral y amenazas de muerte”. La orden está vigente hasta junio.

Además de su jornada laboral regular, la docente está contratada como maestra del programa de Refuerzo Académico Extendido (RAE), que opera en la escuela Justina Vázquez, de 3:15 p.m. a 6:15 p.m. Candelaria Rosa indicó que laboró de enero a marzo de forma remota en el RAE de la escuela Justina Vázquez, ya que la Cipriano Manrique no cuenta con el ofrecimiento.

“Yo no tenía que irme (de la escuela Justina Vázquez) porque yo soy la de la orden de protección, pero, por mi paz, yo acepté irme de 8:00 a.m. a 3:00 p.m.”, relató Candelaria Rosa, en entrevista con El Nuevo Día.

El secretario general de la Asociación de Maestros Local Sindical, Ángel Javier Pérez, resaltó que la educadora fue trasladada a una escuela de su selección. En este caso, dijo, hay dos órdenes de protección vigentes, pues también existe una a favor de la directora escolar, pero no pudo ofrecer detalles de esta.

“La directora escolar está en medida cautelar y fue ubicada en la región de Caguas”, confirmó Pérez, sobre la acción tomada por la agencia.

No obstante, la superintendente de la Oficina Regional Educativa (ORE) de Caguas, Carol Rivera, sostuvo que la docente no estaba autorizada a laborar a distancia.

“Dada su petición de traslado y de no querer exponerse a situaciones adicionales, se acordó que se le buscaría otra ubicación para que pudiera trabajar RAE, aun cuando la escuela solicitada no tenía el ofrecimiento”, expresó Rivera en declaraciones escritas.

“Sin previa comunicación ni autorización de la ORE, la Sra. Candelaria sometió ajustes de asistencia alegando que estuvo trabajando a distancia. Su función en RAE es ser maestra, por lo que el trabajo a distancia no se justificaba. Tampoco se sometió esta solicitud para la consideración de la oficina regional”, agregó.

Candelaria Rosa señaló que, aunque ella aceptó el cambio de escuela en el horario lectivo regular, no solicitó cambio de plantel para RAE.

El 4 de marzo, la educadora regresó a laborar de forma presencial, según certificó en una carta el director de RAE en el plantel -un funcionario distinto a la directora involucrada en las órdenes de protección- enviada el 15 de abril a la superintendente regional.

Candelaria Rosa proveyó copias de las comunicaciones escritas.

“Desde el 11 de enero de 2024 al día de hoy, 28 de febrero de 2024, la Profa. Maribell Candelaria sigue cumpliendo con sus responsabilidades de asignar material para primer grado, informes de comparativas de las 10 y las 20 semanas, talleres y cualquier otra función que se requiera de su puesto”, plasmó el director de RAE en una misiva anterior, con fecha del 28 de febrero, también dirigida a la ORE de Caguas, sobre el trabajo que hizo a distancia.

Entre el 22 de enero y el 4 de abril, Candelaria Rosa laboró 35 días en RAE, según fue certificado en la solicitud de ajuste y licencia, conocida como DE-14, que llenó el director del programa cada semana para reclamar que se le pagara su sueldo y de las cuales El Nuevo Día recibió copia. Una vez regresó a laborar de forma presencial, el documento contiene un comentario que señala que el ponchador biométrico de la escuela no permitía registrar su asistencia.

En RAE, los maestros reciben una compensación de $30 la hora, lo que equivale a $90 el día. Hasta el 4 de abril, a Candelaria Rosa se le adeudaban $3,150, cifra que ha aumentado desde entonces.

La afectada elevó su reclamó al nivel central de la agencia. Un funcionario de la Secretaría Auxiliar de Planificación y Rendimiento expresó, por escrito, a la superintendente de la ORE de Caguas, que Candelaria Rosa debe continuar sus labores presenciales en RAE en la escuela Justina Vázquez tal y como establece su contrato, “a menos que medie otra razón”, y que se deben hacer los ajustes en su nómina.

Pérez detalló que el sindicato ha presentado dos querellas en representación de Candelaria Rosa en torno al dinero no pagado. La primera se encuentra ante la Comisión Apelativa del Servicio Público, mientras que la segunda espera por decisión de la ORE.

Candelaria Rosa cuestionó la insistencia en penalizarla cuando un tribunal encontró que presentó evidencia suficiente de que fue objeto de abuso.

“Nosotros habíamos pedido que la región de Caguas viniera a interferir, a investigar la conducta impropia de la directora. Nunca, nunca, nunca vinieron… pero entonces, a mí, me dan la orden de protección, y tuvieron que sacarla. Me dieron la orden el 9 de enero, y el día 11 estaban aquí”, relató. “Están tomando represalias en mi contra. Es bien desesperante, porque es bien injusto lo que sucede”, agregó.