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Tita Pérez Malavé: la aiboniteña que rompe esquemas en la comunicación deportiva

Se hizo fotógrafa y productora de contenido por su cuenta y, ahora, tiene una de las plataformas de redes sociales más reconocidas y buscadas en el centro de la isla

8 de septiembre de 2024 - 11:10 PM

Pérez Malavé mantiene una apretada agenda de temporadas deportivas en las que labora con equipos de béisbol, además de empresas privadas y organizaciones de la comunidad. (Suministrada)

Carmen Luisa “Tita” Pérez Malavé es reconocida en el área central de Puerto Rico como la mujer viuda, jefa de familia y fajona, que corre todas las bases en el área de comunicaciones deportivas como fotógrafa, redactora, dueña de la página en redes sociales “Aibonito la Revista” y madre de dos hijos.

A sus 56 años, cuando otras personas piensan en retirarse o ya lo están, Tita mantiene una apretada agenda de temporadas deportivas, en las que labora con equipos de béisbol, además de empresas privadas y organizaciones de la comunidad.

En 1991, terminó un bachillerato en Administración de Empresas con concentración en Mercadeo y Publicidad y, luego, trabajó en el Departamento de Recreación y Deportes y en departamentos de ventas de varias empresas. Pero siempre soñó con ser mantenedora de un programa y entrevistar diversas personas. Por su dinamismo y destrezas para diversas tareas, fue referida a José “Pepo” Pereira, quien se ha desempeñado en el área de comunicaciones vinculadas al deporte. Entonces, su “mentor” le abrió la puerta a un nuevo mundo, en el que aprendió fotografía y distribuía comunicados de prensa a los medios de comunicación, entre otras funciones.

La entusiasta aiboniteña recuerda entre sus primeros proyectos el torneo Centrobasket, en Ponce, los mundiales de gimnasia y atletismo, la Serie del Caribe, en 1995, y los peloteros del “Dream Team”.

“Como Pepo me enviaba mucho a estar en el área de prensa, me incliné por hacer fotos de acción deportiva. Ismaelito (Ismael Fernández) y José Rodríguez fueron mis mentores, y Pepo, que me regaló mi primer lente. Él me decía que las fotos tenían que ser fotos limpias, que dijeran algo. Me enamoré de los parques, de las canchas, y dije que quería hacer esto toda la vida”, cuenta Tita, cuyo padre, décadas antes, había sido apoderado de una franquicia de pelota Doble A. Él, sin embargo, no quería que ella estuviera en el campo de juego por entender que eso era para varones.

Carmen Luis "Tita" Pérez Malavé (izquierda) tiene un bachillerato en Administración de Empresas, con concentración en Mercadeo y Publicidad.
Carmen Luis "Tita" Pérez Malavé (izquierda) tiene un bachillerato en Administración de Empresas, con concentración en Mercadeo y Publicidad. (Suministrada)

Momentos clave

Dos eventos en su vida fueron determinantes en la ruta que la llevó a su situación actual. Una embolia cerebral que sufrió durante el parto de uno de sus dos hijos, a la cual le siguió un año de rehabilitación y desempleo, la llevó a regresar a su pueblo natal. Y la muerte de su esposo, cuando sus hijos tenían 8 y 11 años, que, luego de un período de profunda tristeza, la impulsó a buscar un medio de vida para sostener su hogar.

“Dije, ‘tengo que hacer algo para poder sostenerme’, porque no pude volver a una empresa para generar ingresos fijos, por lo de la embolia. El apoderado de los Polluelos de Aibonito de la Doble A me conoce y le dije que me diera la oportunidad de trabajar con el equipo en el área de comunicación. Eso era cuando estaban empezando las redes sociales (Facebook)”, dice Tita.

“Empecé a hacer fotos y publicar las jugadas ‘play to play’ (tan pronto ocurrían). Fui la pionera en publicar fotos en una página de red social tan pronto ocurrían las jugadas en el mismo juego”, agrega, y señala que siempre le ha gustado la tecnología y que estaba al día con equipos que le permitían ser ágil en su labor, que también incluyó vídeos.

“De ahí, los Criollos de Caguas me contactan y me cogieron de fotógrafa, y ahí llevo ocho años”, indica Tita, quien también ha trabajado para la Confederación de la Liga Central de Béisbol Aficionado (Coliceba).

“Yo redacto, escribo, tomo fotos, hago artes gráficas. He cogido cuanto curso ha habido. Uno no se puede quedar atrás”, indica, y dice que maneja o colabora con nueve páginas de redes sociales, entre ellas, la suya, “Aibonito la Revista”, que tiene 88,000 seguidores y un alcance de 1.2 millones de visitas al mes.

“La revista fue mi terapia al faltar mi esposo (quien falleció a causa de un cáncer). Luego que él se va, la revista, los Polluelos de Aibonito y los Criollos de Caguas han sido mi vida, mi complemento”, afirma.

Pérez Malavé fundó la revista para destacar cosas positivas y cubre eventos de las cooperativas, el municipio y comerciantes de su pueblo, así como otras actividades.
Pérez Malavé fundó la revista para destacar cosas positivas y cubre eventos de las cooperativas, el municipio y comerciantes de su pueblo, así como otras actividades. (Suministrada)

Raúl Rodríguez, el dueño de los Criollos, dice que me admira por ser fajona. A veces, se me olvida que soy viejita y gordita y quiero ir al ritmo de ellos y me trepo para coger fotos y ellos me preguntan que cómo me voy a bajar. Estoy medio cegata, tengo problemas de visión por la diabetes, soy asmática crónica y el brazo no me funciona (luego de una seria caída que le afectó severamente el codo). Pero mi mente está clara y quisiera comerme el mundo”, dice en su hablar campechano.

La aiboniteña explica que fundó la revista para destacar cosas positivas y que cubre eventos de las cooperativas, el municipio y comerciantes de su pueblo, así como otras actividades.

“La gente me busca, me llama y me escribe”, asegura la emprendedora, que cubre con exclusividad el concurrido evento del 1 de enero que se hace en el casco urbano de su municipio.

Tita tiene muchas anécdotas y momentos especiales que recordar. Entre ellos, destaca que hayan puesto su nombre en el Estadio Hermanos Marrero como colaboradora del deporte. “Ver mi nombre al lado de tantos hombres (pues típicamente es un mundo de varones) es lo más grande”.

Otro recuerdo que atesora es haber estado cerca del artista Chayanne, su “novio platónico”.

“Pepo iba a montar el Juego de Estrellas y querían una figura de impacto. Yo le insistí que fuera Chayanne. Lo logré y le dije, ‘tú tienes que ponerme cerca de Chayanne’, y me asignó en la puerta para esperarlo y, después, me pidió que le llevara un uniforme. Le dije a Pepo, ‘ya me puedo morir en paz’”.

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