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Brianca Newton escucha con un estetoscopio el corazón de su hermana Brittany Newton latir en el pecho de la receptora Miriam Nieves en el hospital Montefiore Moses en el barrio Bronx de Nueva York.
Brianca Newton escucha con un estetoscopio el corazón de su hermana Brittany Newton latir en el pecho de la receptora Miriam Nieves en el hospital Montefiore Moses en el barrio Bronx de Nueva York. (Ted Shaffrey)

Nueva York - La familia de Brittany Newton lloró a principios de año cuando su vida terminó, a los 30 años, por un aneurisma cerebral. Pero esta semana volvieron a sentir su cercanía cuando escucharon latir su corazón en el pecho de una agradecida neoyorquina cuya vida se salvó gracias a un trasplante de órgano.

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