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El pintor puertorriqueño Raúl Ortiz Bonilla planta sus “Semillas” en el Paseo Boricua de Chicago

La exposición está en el Museo Nacional de Arte y Cultura Puertorriqueña

10 de junio de 2023 - 5:22 PM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
Raúl Ortiz Bonilla presenta "Semillas", su mayor exposición hasta el momento. (Daniel Delgado)

Chicago.- El pintor puertorriqueño Raúl Ortiz Bonilla ha plantado bandera en el barrio boricua de Chicago con su exposición “Semillas”, que se presenta en el Museo Nacional de Arte y Cultura Puertorriqueña.

“La respuesta del pueblo ha sido tremenda”, dijo Ortiz Bonilla.

Después de décadas como empleado de una compañía de electricidad, Ortiz Bonilla lleva ocho años dedicado plenamente a su arte.

En Semillas, su mayor exposición hasta el momento, Ortiz Bonilla presenta 16 de sus pinturas en las que busca conectar la naturaleza de Puerto Rico con su historia y las crisis a que se ha enfrentado la Isla, particularmente después del huracán María, la gentrificación, la inadecuada respuesta a la emergencia del gobierno de Donald Trump y la emigración, entre otras cosas.

Pero, también la defensa de su identidad cultural que hacen los puertorriqueños, en la Isla y en la diáspora.

“He querido enfocarme en la realidad que estamos viviendo. Es la esperanza de un futuro, como rescatar ese futuro, después de María. Ha sido como un tsunami que se nos viene encima, y los que tienen más recursos han tomado ventajas de la catástrofe”, dijo Ortiz Bonilla, en una entrevista que comenzó en el Museo, donde Semillas ha estado en exhibición desde el día de Reyes y permanecerá hasta el 9 de diciembre.

La exposición abrió el Día de los Tres Reyes Magos de 2023. Cerrará en plena Navidad, el 9 de diciembre.
La exposición abrió el Día de los Tres Reyes Magos de 2023. Cerrará en plena Navidad, el 9 de diciembre. (Daniel Delgado)

Para acentuar la experiencia de los puertorriqueños de la Isla después del huracán María, que costó cerca de 3,000 vidas, derrumbó el sistema eléctrico y dejó a miles sin vivienda segura, el artista ha cubierto con un toldo azul el techo del salón en que presenta su exhibición.

La principal pintura, Encuentros (de 138 por 78 pulgadas), es una mirada del pintor a sus años en el barrio Maragüez. Incluye el interior abstracto de una semilla de mangó, 11 mangos a cada lado, amapolas y 78 cuadrados azules en representación de los municipios de Puerto Rico.

De jovencito, Ortiz Bonilla solía encaramarse a un palo de mangó a meditar. Su antigua casa, dijo, ya no existe. Esos terrenos están ahora bajo el Lago Cerrillos. “Es una forma de mostrar esos recuerdos. Esa pintura es la Isla, en forma abstracta”, dijo.

Con El Camino, mientras, el artista hace referencia a la emigración. Hay nostalgia, pues es un paso que se da pensando que es una decisión temporera, pero que muchas veces se convierte en un “un camino que no tiene regreso”. “Hay varias rutas de mangó, china…pero te llevan hacia un mar que no tiene definido el destino”, explicó.

Destaca también El Paraíso. Durante la primera conversación con el pintor, un grupo de visitantes le preguntaba por qué un mono en medio de una pintura de un paisaje espectacular.

El artista explicó que hacía referencia a los experimentos con primates en Cayo Santiago. Es un símbolo de la intervención socio política de Estados Unidos, explicó.

“Representa la gentrificación, un especie invasiva que está controlando las playas, los mejores espacios de la Isla. Puerto Rico es un paraíso, pero hay que mirar cuales son las áreas que se pierden y otros controlan”, dijo, en la entrevista.

Ortiz Bonilla observa una de sus obras.
Ortiz Bonilla observa una de sus obras. (Daniel Delgado)

Otra pieza notable es El Último Jíbaro, en la que el público se encuentra, narró el pintor, “con la mirada ansiosa de un hombre que se asoma desde la maleza”, con una corona de plátano y un lago sobre su cabeza. “Ese soy yo”, dijo, “pues estaba pensando que no puedo regresar al barrio en que nací y crecí, ahora debajo del Lago Cerrillos”.

Hay que mirar con detenimiento. Pero, Ortiz Bonilla incluye en esa pintura una torre en una montaña, para recordar los asesinatos a mano de la Policía de los jóvenes independentistas Carlos Soto Arriví y Arnaldo Darío Rosado, en una emboscada ocurrida el 25 de julio de 1978.

Entonces, Ortiz Bonilla aún vivía en el área y recuerda la movilización policial por su área. “Veíamos los carros pasar y sabíamos que algo grande había pasado”, sostuvo, al indicar que “cuando estaba haciendo esa pieza estuve pensando, en eso, pues cuando paso por el Cerro Maravilla visito las cruces (en recordación de las víctimas)”.

Atabey, por su parte, presenta a una de las deidades supremas de la práctica espiritual taína emergiendo del agua sagrada. “Atabey sirve como el comienzo espiritual y cronológico de la historia puertorriqueña a la que se refiere Ortiz Bonilla a lo largo de la exposición”, indica la etiqueta informativa de esa obra.

En una salita aparte, tiene la creación Paisaje Isleño, lo que define como un altar al estado de situación del país. Hay un sonido ambiental del agua. Una pared está cubierta con un toldo azul, con ramas y amapolas. Veinte salvavidas, en tamaño para niños, forman la bandera de Puerto Rico “como un rayo de esperanza para las generaciones futuras”.

Incluye un salvavidas en otra pared, para alcanzar el 21, el número del uniforme del legendario astro del béisbol Roberto Clemente. En una mesita, tiene un rollo de papel, para acentuar el desdén del entonces presidente Donald Trump tras el huracán María. En otra, rinde homenaje a sus padres. Se escucha el sonido del agua.

Hay más que ver.

La exposición abrió el Día de los Tres Reyes Magos de 2023. Cerrará en plena Navidad, el 9 de diciembre. Después, Ortiz Bonilla quisiera llevar sus“Semillas” a la Isla.

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