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Atesoran el sabor y la cultura de los icónicos kioscos de Luquillo

Al visitar este pueblo, no puede faltar una parada en los famosos kioscos, donde se disfruta de variadas delicias culinarias

28 de junio de 2023 - 11:59 AM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
¡Viva la tradición! La historia de los kioscos de Luquillo

¡Viva la tradición! La historia de los kioscos de Luquillo

Descubre por qué este lugar es considerado un paraíso gastronómico.

No es posible hablar de Luquillo sin pensar en sus famosos kioscos, ese conglomerado de 60 comercios, ubicados frente a la costa del Balneario La Monserrate, cuyas delicias culinarias y ambiente playero lo han convertido en ícono, no solo de la gastronomía local, sino de la cultura puertorriqueña.

Los Kioscos de Luquillo, recientemente reconocidos por la Compañía de Turismo de Puerto Rico (CTPR) como Centro Gastronómico Especial de la Región Este, son ese espacio que refleja claramente el desarrollo de la economía a lo largo del tiempo.

Comenzaron a establecerse para la década del 50 con rústicas estructuras hechas en paja y madera, tipo bohíos, donde se vendían las típicas frituras que les dieron popularidad.

“Para ese tiempo, el municipio de Luquillo había hecho unos kioscos de paja dentro del balneario y después los sacaron a donde están actualmente, y lo hicieron para la gente de bajos recursos, mayormente del barrio Fortuna”, explicó Elizabeth Cruz, comerciante retirada que estuvo 33 años operando en el lugar.

Con el tiempo, los propietarios fueron transformando sus espacios, cambiando los techos de paja a planchas de zinc, entre otras mejoras, pues algunos kioscos sufrieron daños a causa de incendios por sus fogones.

Actualmente, de la totalidad de 60 kioscos, unos 44 están operando, 2 están en proceso de reestructuración para abrir sus puertas, mientras unos 16 están abandonados y esperando a ser declarados estorbos públicos.
Actualmente, de la totalidad de 60 kioscos, unos 44 están operando, 2 están en proceso de reestructuración para abrir sus puertas, mientras unos 16 están abandonados y esperando a ser declarados estorbos públicos. (Xavier García)

Así también el huracán Hugo, el cual azotó con fuerza la zona este de Puerto Rico el 18 de septiembre de 1989, arrasó con las pocas estructuras originales que quedaban.

“Para Hugo, ya yo tenía alquilado el kiosco #45 y el mar se metió y llegó a la avenida. Hugo tumbó todos los locales que estaban en madera, había unos cuantos en cemento, el que yo tenía alquilado era en cemento. Pero ahí los dueños empezaron a reconstruirlos”, relató Cruz.

Fue entonces cuando inició una transformación no solo a nivel de estructura, sino también en los ofrecimientos gastronómicos a disposición del público. Todavía allí se destacan los negocios con sus típicas vitrinas repletas de frituras como las famosas alcapurrias, los tacos y pastelillos rellenos de todo tipo de carnes y mariscos, así como los codiciados piononos y rellenos de papa.

Sin embargo, a estos kioscos se les han ido sumando un sinnúmero de restaurantes de comida criolla e internacional, así como locales de ventas de souvenir y ropa playera.

“Ciertamente, a los kioscos le llamamos cariñosamente así, pero son restaurantes completos donde todavía también se puede conseguir el bacalaíto, la alcapurria, el pionono, junto con platos confeccionados de alta cocina”, comentó el alcalde de Luquillo, Gerardo “Jerry” Márquez.

Uno de los que buscó cambiar la oferta tradicional de estos espacios fue Héctor Morales, dueño de Terruño (kiosco #20), un restaurante de comida artesanal. Aunque con su local apostó a tener un espacio diferente, el comerciante reconoce que la esencia y el éxito de esa zona gastronómica nació del concepto tradicional.

Héctor Morales es propietario de Terruño (kiosco #20), un restaurante de comida artesanal en Luquillo.
Héctor Morales es propietario de Terruño (kiosco #20), un restaurante de comida artesanal en Luquillo. (Xavier García)

“Creo que los kioscos han crecido mucho, he podido ver el crecimiento desde 1950. Siempre hemos dicho que nosotros, los que tenemos restaurantes aquí, le debemos esto a los que tenían los locales tradicionales. Así que ellos siguen siendo muy importantes en los ‘Kioscos de Luquillo’”, reconoció el propietario de Terruño.

Actualmente, de la totalidad de 60 kioscos, unos 44 están operando y dos están en proceso de reestructuración para abrir sus puertas, mientras unos 16 están abandonados y esperando a ser declarados estorbos públicos.

“En los kioscos el crecimiento ha sido evidente y siguen llegando diferentes ofertas gastronómicas, no solamente de carnes y mariscos; ahora va a abrir uno nuevo mexicano, tenemos comida peruana, colombiana y va a abrir uno nuevo de hamburguer y otro de pastas. El crecimiento va a continuar, a medida que el gobierno y las entidades nos apoyen, pues vamos a seguir hacia adelante”, destacó Morales, dueño de Terruño.

“Aunque ya me retiré como comerciante, estuve luchando 33 años para que los kioscos fueran reconocidos porque es un espacio bien estratégico, tiene la playa atrás y una vista hermosa. En todo el noreste, es el único sitio que puedes sentarte a comer cerca del mar. Siempre ves gente de todos lados del mundo: chinos, japoneses, americanos, europeos. Creo que los kioscos tienen mucho más que ofrecer, siempre y cuando el gobierno apoye”, dijo Cruz, quien en esas tres décadas alquiló los espacios #49 y #45, y luego adquirió los kioscos #10 y #11, de los cuales aún es propietaria, aunque no desarrolla ningún negocio.

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