Hace seis décadas que Toa Baja presenció el nacimiento de su columna más prolífera, que fue emergiendo según se erigía Levittown, una de las urbanizaciones planificadas de mayor extensión en Puerto Rico.

Se trata de La Boulevard, actualmente considerada la metrópoli de la ciudad llanera por su creciente actividad de desarrollo económico integrada por unos 224 negocios ubicados en una milla que, en conjunto, aportan de 1,500 a 2,000 empleos directos.

Uno de los pioneros fue don Luis Rosado Rosado, un comerciante de Cataño que tuvo la visión de comprar una guagua para convertirla en un colmado sobre ruedas e iba por las calles a vender sus productos pues, hasta entonces no había ningún comercio establecido en la zona.

Luego adquirió una casa en la tercera sección de Levittown, aledaña a la avenida, a donde creó un concepto parecido a una plaza del mercado, de acuerdo con su nieto Luis Hernández Rosado quien tomó el timón del negocio familiar hace cerca de 32 años.

“Yo diría que mi abuelo fue el segundo comerciante en Levittown porque cuando empieza a construirse Levittown no había comercios. Entonces, había solo un acceso que daba hacia Cataño; él tenía propiedades en Cataño y tuvo la visión de comprar una guagua grande y montó un colmado dentro de la guagua”, recordó el empresario de 56 años.

“Así venía todas las tardes a vender a Levittown, iba por las calles surtiendo los productos porque no había ningún comercio establecido. Luego consiguió una casa en la tercera sección, la compró y ahí montó una placita del mercado. Así siguió creciendo hasta el día de hoy que tenemos la tienda de licor y el restaurante”, señaló el dueño de La Bodeguita de Luis.

De esa manera, la icónica avenida fue desarrollándose en la medida que se ampliaba la comunidad, ya que los primeros negocios estaban anclados en residencias que miraban hacia la vía de rodaje.

Gilberto Ramos Rosa, copropietario de Harry’s Taco, validó que “esto era una avenida, principalmente residencial. Pero, irónicamente, esta línea de la avenida, la mayoría de los locales que vemos hoy era la parte trasera de las casas”.

“Entonces, con el tiempo, como es una de las avenidas más largas y ancha cercana a la costa, comenzaron a establecerse algunos negocios en la medida en que se fueron desarrollando las diferentes secciones de Levittown. Así empezaron a instalarse otros negocios”, relató el comerciante de 45 años.

Precisamente, el abuelo de Gilberto llegó al lugar hace 56 años “y en esta misma avenida compraron una casa y montaron un colmadito, que es el supermercado Famcoop que está justo al lado de este negocio”.

Asimismo, reveló que en la avenida hay unos 224 negocios con variedad de productos y servicios, según datos confirmados por la Oficina de Finanzas del Municipio de Toa Baja.

“Hoy por hoy, tenemos una ruta gastronómica que es el pulmón de la avenida. Además, tenemos una variedad de negocios de diferentes productos y servicios, entre estos, farmacias, mecánicos, electricistas, bordado de camisas e impresiones y servicios como abogados, médicos, laboratorios, entre otros”, detalló.

“Es una gran variedad de negocios en una avenida relativamente corta porque mide aproximadamente una milla y eso es sorprendente. Del total de negocios, estimamos que el 30% son dedicados a la gastronomía y ambiente social, nocturno y de ocio. Son aproximadamente más de 60 negocios de este tipo (de comida)”, apuntó.

Por su parte James Ramos Santiago, director de la Oficina Municipal de Desarrollo Económico, Turismo y Cultura, aseguró que la operación de negocios en la zona genera “entre 1,500 a 2,000 empleos”.

“La Compañía de Turismo aprobó (en 2022) mediante un proyecto de la representante Deborah Soto, avalado por el señor alcalde Betito Márquez, para que esta zona fuera designada como turística-gastronómica. Como beneficio para la zona, la Compañía de Turismo aprobó unos fondos para promover esta ruta turística gastronómica”, destacó.

“Eso resalta un mayor tráfico de gente en esta zona, que disfruta la gran variedad de comercios dedicados a la gastronomía desde lo que es fine dining hasta food trucks. Este ecosistema se nutre de una historia y ahí es que entra la parte del municipio como ente facilitador en la gestión pública”, manifestó.

En tanto, aseguró que “estos negocios se nutren del apoyo mutuo. Aquí compiten, pero todos compiten en un ambiente de camaradería porque cada cual tiene ya su nicho”.

“En la medida que vas pasando por los negocios, ves elementos de una amistad sólida que se ve en el intercambio de las operaciones. En este ecosistema, hay negocios con más de 50 años que son generaciones que crecieron aquí. Todos nos conocemos porque llevamos muchos años interactuando en la zona y nos sentimos como en casa”, resaltó.

“La oportunidad de ver a las distintas generaciones operando, desde los abuelos, hijos y nietos de una forma orgánica, eso da un valor incalculable en un legado que prevalece, no solamente en la operación del negocio sino en la aportación social que brinda en el día a día”, admitió.

De hecho, mencionó que unas 30,000 personas del total de la población de Toa Alta, estimada en unos 72,000 residentes, vive en Levittown, “no tan solo en la urbanización, sino en otras urbanizaciones privadas y condominios que se han ido agregando”.

“Aquí hay un orgullo bien fuerte porque cada vez que la gente viene del exterior, dice que Levittown es su casa y así lo destacan mucho en las redes sociales. Es una aportación significativa de cada residente que vive o residió aquí siente en su corazón y dice: ‘Yo soy de Levittown”, concluyó.