Manatí - Liam Paro silenció a Subriel Matías y al Coliseo Juan Aubín Cruz Abreu “Bincito”.

El invicto australiano sorprendió a los fervorosos fanáticos y con la presencia de excampeones mundiales como Félix “Tito” Trinidad y Juan Laporte, para arrebatarle al puertorriqueño el título de las 140 libras de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) en la pelea estelar de la cartelera celebrada en el norte de la isla.

Dos jueces vieron la pelea 115-112 y el tercero 116-111 a favor del retador. El australiano se presentó como un peleador difícil que coló golpes que le fueron sumando puntos.

Paro (25-0, 15 nocauts), con su rostro intacto, se cuidó de la peligrosa pegada del fajardeño para llevarlo al máximo. Matías llegó al combate con marca de 20-1. Todas sus victorias son por la vía rápida.

De hecho, en sus últimas cinco peleas, su respectivos contrincantes no salieron a terminar las peleas.

Matías no perdía desde 22 de febrero de 2022, cuando cayó contra Petros Ananyan en Las Vegas.

“Hice una promesa a mi amigo que falleció y soy un hombre que cumple sus promesas… Sigo demostrando a todos que están equivocados y esta fue la mayor prueba”, dijo Paro, quien agradeció a la afición local.

Como suele hacer en sus peleas, Matías se mantuvo al centro del ensogado con la guardia alta mientras Paro tiraba para el primer asalto.

Para el segundo episodio, Matías comenzó a atacar con uppers de izquierda que hicieron retroceder a australiano. El público comenzó a corear “Subriel”.

Para el tercer round, el llamado “Orgullo de Maternillo” llevó a las cuerdas a su oponente con potentes combinaciones que levantaron al público, que volvió a gritar enloquecido. Sin embargo, el australiano aguantó y terminó el asalto en pie.

Para el cuarto asalto, el australiano se vio cansado, mientras se agarraba al boricua. Matías utilizó nuevamentes combinaciones para cerrar con fuerza esos tres minutos.

En el quinto, Paro vino con un segundo aire y coló manos en la corta distancia. Mientras, Matías seguía al acecho pero no pudo demostrar tanta potencia. A partir de este asalto, Paro fue el que impuso el ritmo de pelea.

El puertorriqueño salió como un bólido para el sexto episodio. Paro intentaba mantener el ritmo, pero Matías comenzó poco a poco a conectar combinaciones que pusieron mal al australiano en ese asalto. Esto enloqueció a los espectadores. Pero nuevamente, Paro soportó el castigo y salió en pie.

Para el séptimo, Paro tuvo resbalón en su esquina y fue penalizado por un golpe. Matías continuó a la caza de su rival, que colaba golpes debajo de la guardia del ahora ex campeón.

Paro comenzó a pasear por el ensogado para evitar los golpes, mientras Matías lo seguía en el octavo. En los segundos finales, Matías fue al ataque, pero la campana detuvo las hostilidades.

Llegó el noveno asalto, y Paro se negaba a dejarse vencer. Matías conectaba sus combinaciones, pero el australiano se mantuvo en pie demostrando que había venido preparado para la guerra.

El cansancio era evidente en ambos para el décimo round, con los peleadores recurriendo a los agarres.

Matías entró al 11 con la urgencia de acabar la pelea, pero Paro continuaba tirando y se movía por el cuadrilátero para evitar castigo y sumar más puntos. El público le pedía al de aquí que terminara el trabajo.

En el asalto final, Matías -temiendo una decisión adversa- salió a darlo todo. Paro tiraba combinaciones para sacárselo de encima. La pelea terminó con el campanazo final y con la espera de la decisión de los jueces, que vieron a Paro imponerse en territorio ajeno.

En lo que resultó ser la pelea semiestelar de la velada sabatina, el puertorriqueño Yankiel “Doctorcito” Rivera le dio una alegría a los fanáticos que colmaron el coliseo de Manatí al vencer por decisión unánime al mexicano Víctor Sandoval.

Con la victoria, Rivera se queda con los cinturones Continentales de las Américas del Consejo Mundial de Boxeo y de la Asociación Mundial de Boxeo y el vacante Intercontinental de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) en el peso mosca. Asimismo, mantiene su récord inmaculado en seis salidas con dos nocauts.

El mexicano se queda con 37 victorias, cinco derrotas y 23 nocauts.

Dos jurados dieron puntuación de 98-91 y un tercero la vio 97-92.

La reyerta se dio con un recinto lleno y en el que los fanáticos celebraron la llegada del puertorriqueño y su victoria al final.

De hecho, Rivera lució dominante y Sandoval tuvo caídas en los primeros dos asaltos.

Para la tercera vuelta, Sandoval puso en aprietos a Rivera. Sin embargo, el boricua se sobrepuso para cerrar con fuerza esos tres minutos

El resto de los episodios fueron dominados por el eventual ganador, que no volvió a verse en aprietos.