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El Senado desestimó los cargos de destitución contra Alejandro Mayorkas y puso fin al juicio político

El proceso en contra del secretario de Seguridad Interna de Estados Unidos arrancó con la jura de los senadores y terminó unas tres horas después

17 de abril de 2024 - 2:35 PM

El Senado federal durante el juicio político contra el secretario Alejandro Mayorkas. (Daniel Rios)

Washington D.C. – El Senado de Estados Unidos desestimó el miércoles los dos cargos de destitución en contra del secretario de Seguridad Interna, Alejandro Mayorkas, tras la mayoría demócrata determinar que las denuncias no alcanzaron las normas constitucionales para poner en marcha un juicio político en su fondo.

En votaciones independientes, el Senado decidió que los dos cargos, uno por incumplir con las leyes de inmigración y otro por violar la confianza pública, quedaban por debajo del estándar de delitos y faltas graves que exige la Constitución estadounidense para destituir a un alto funcionario del gobierno de Estados Unidos.

El primer cargo fue desestimado en votación de 51 a 48, con la republicana Lisa Murkowski votando presente. El segundo fue derrotado 51 a 49, con total alineamiento partidista.

Unas tres horas después de iniciado el proceso, el Senado votó también en líneas partidistas, 51 a 49, para cerrar el juicio político.

Los republicanos forzaron otras siete votaciones con las que intentaron discutir a puertas cerradas las cuestiones de orden del líder de la mayoría demócrata, Charles Schumer, dejar las mociones sobre la mesa o aplazar el juicio político por dos semanas. Todas fueron derrotadas en votaciones partidistas, 51 votos en contra de los miembros del caucus demócrata y 49 a favor de los republicanos.

Como primer paso para poner en marcha el proceso, los senadores tuvieron que firmar el documento que los confirmó como jurados del potencial juicio, que fue solicitado por la mayoría republicana de la Cámara de Representantes, que votó por la mínima diferencia (214-213) para imputar a Mayorkas, cubanoamericano, incumplir con las leyes de inmigración y violar la confianza pública.

Durante los debates,, los 100 senadores tuvieron que permanecer en sus asientos.

Pero, una vez se abrió el proceso, Schumer presentó su primera cuestión de orden, bajo la presidencia de Patty Murray (Washington), presidente pro tempore del Senado.

“Los cargos presentados contra el secretario Mayorkas no cumplen con el alto estándar de delitos y faltas graves (que establece la Constitución). Validar este grave abuso por parte de la Cámara sería un grave error y podría sentar un precedente peligroso para el futuro. Por el bien de la integridad del Senado y para proteger el juicio político en aquellos raros casos en los que realmente lo necesitamos, los senadores deberían desestimar los cargos”, dijo Schumer, cuando abrió los trabajos del día en el Senado.

El martes, como uno de los 11 ‘fiscales’ de la Cámara baja, el republicano Mark Green (Tenesí), presidente del Comité de Seguridad Interna de la Cámara de Representantes, presentó formalmente en el hemiciclo del Senado los cargos en contra del Secretario de Seguridad Interna (Homeland Security), aprobados hace dos meses.

Green dijo entonces que, entre otras cosas, al declarar ante el Congreso que la frontera del sur estaba bajo control - en momentos en que los republicanos hablan hasta de una invasión de indocumentados-, el secretario Mayorkas había “traicionado la confianza pública”.

El senador Schumer, por su parte, hizo un contraste entre los cargos presentados en contra de Mayorkas y los procesos de destitución a que se enfrentó el expresidente Donald Trump, quien fue absuelto por el Senado en dos ocasiones con los votos republicanos.

“No nos engañemos con lo que está pasando hoy: el ‘impeachment’ de Alejandro Mayorkas no tiene nada que ver con delitos graves y faltas, sino con ayudar a Donald Trump en la campaña electoral. El secretario Mayorkas no ha sido acusado de traición ni de aceptar sobornos ni de atacar ilegalmente nuestras elecciones ni nada por el estilo. No ha sido acusado de ningún delito penal. No chantajeó a una potencia extranjera para que desenterrara a un oponente político. Tampoco incitó a una turba violenta a emprender una insurrección contra la transferencia pacífica del poder”, afirmó Schumer.

Los republicanos, por su parte, indicaron que el mal precedente era no permitir un juicio a fondo y advirtieron que la forma en que se manejó este caso aplicará incluso a juicios políticos contra presidentes.

“Esto no es un día para estar orgullosos”, dijo el líder de la minoría republicana del Senado, Mitch McConnell (Kentucky), al indicar que los demócratas han dicho que ni siquiera están dispuestos a escuchar la evidencia presentada por la Cámara de Representantes.

El senador republicano Mike Lee (Utah), por su parte, consideró que el líder Schumer ha establecido como norma que “mentirle al Congreso no amerita destitución”.

El representante Green, por su lado, lamentó la decisión del Senado y dijo que su comité dedicó casi un año a la investigación de Mayorkas, publicó seis informes, que totalizaron 400 páginas y llevó cabo una docena de audiencias.

El speaker Mike Johnson y el resto del liderato republicano cameral, mientras, consideró que la Cámara se ha hecho cómplice “de la crisis en la frontera”, un asunto que el expresidente Donald Trump ha avivado de cara a las elecciones de noviembre.

Por su parte, la Casa Blanca elogió que se desistiera de un proceso infundado. “El presidente Biden y el secretario Mayorkas seguirán haciendo su trabajo para mantener a Estados Unidos seguro y buscar soluciones reales en la frontera, y los republicanos del Congreso deberían unirse a ellos, en lugar de perder el tiempo en trucos políticos infundados y acabar con verdaderas reformas bipartidistas de seguridad fronteriza”, indicó Ian Sams, portavoz de la Casa Blanca.

Mayorkas ha sido el primer miembro activo de un gabinete de gobierno en enfrentarse a un juicio político en el Senado. Solo en 1876 hubo un proceso de destitución contra un miembro del gabinete del presidente de Estados Unidos, pero entonces William Belknap, quien fue absuelto en el Senado, ya había dejado la secretaría de Guerra.

Los republicanos necesitaban dos tercios de los 100 senadores para poder destituirlo, lo que desde que se abrió el proceso en la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, era evidente que no iba a ocurrir.

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