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Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media Brandstudio para Mall of San Juan

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Un recorrido por la magia navideña del Santa’s Academy

Esta aventura interactiva, traída por The Mall of San Juan, es una experiencia única para el disfrute de toda la familia

30 de noviembre de 2016 - 11:48 AM

Por BrandStudio

La sonrisa de un niño. La visible ilusión que alcanza sus ojos. Son esos detalles sencillos —pero poderosos— los que nos recuerdan la importancia de mantener viva la magia de la Navidad. Es el escuchar un: “Mami, Papi, ¡mira!” ante el asombro de ser cómplices con Santa de lograr que el 25 de diciembre millones de niños y niñas despierten con la alegría y el amor que nos confraterniza en esta temporada.

Todas estas vivencias se sienten, se palpan y se despliegan en Santa’s Academy, una experiencia interactiva para toda la familia que engalana — por segunda ocasión— el atrio central de The Mall of San Juan.

Un impresionante trineo de 22 pies de alto, revestido de árboles navideños, luces, regalos y sorpresas, ha recibido miles de chicos —y no tan chicos— desde el pasado 12 de noviembre, y seguirá su ruta hasta el sábado, 24 de diciembre, víspera de la Navidad.

Santa’s Academy es una experiencia insuperable, interactiva a nivel tecnológico y personal, que invita a los chicos y chicas a una importante misión: asistir a Santa y a sus ayudantes a lograr su meta de entregar regalos a millones de niños alrededor del mundo en Nochebuena. Para esto, los pequeños se entrenan con la asistencia de los ayudantes de Santa para convertirse en cadetes de la Navidad.

Un entrenamiento especial y una mágica travesía

La fila para entrar al Santa’s Academy vibra con la expectativa. Manitas y piecitos inquietos. Uno que otro chico se desplaza curiosamente por la fila, tratando de descifrar cómo hacer la mejor labor dentro del inmenso trineo. Al arribar a la entrada de este, un ayudante de Santa les recibe con entusiasmo y les crea una tarjeta de identificación personalizada, la que le acompañará a develar los secretos del trineo. Uno de tres títulos se les otorgará en su viaje: mecánico de trineo, coordinador de vuelo o encargado de los venados.

Un recibimiento con su nombre desplegado en una pantalla digital sirve de prefacio para la gran encomienda. Pero para ser un buen cadete hay que cumplir con cada exigente requisito de la tripulación de Santa; por eso, sus ayudantes toman sus medidas —estatura y huellas de manos— para generar un atuendo adecuado para la tarea.

En una pantalla vertical, los chicos son mágicamente revestidos de la indumentaria de los ayudantes de Santa (cosa que por lo general les hace saltar y bailar). La emoción parece ser contagiosa, porque mamás, papás y hasta abuelitos sacan sus celulares para documentar, y en instancias, terminan ellos danzando al unísono.

Arribamos al trineo. La altura le impresiona a los chicos, y rápidamente quieren ejercer sus labores como parte de la tripulación. Y es que el súper GPS de Santa, que coordina sus tres rutas alrededor del mundo, tiene palancas, botones e instrucciones que necesitan de la juguetona interacción de los chicos para lograr su objetivo.

Ya casi al culminar su misión, los cadetes son recompensados con una de las cúpulas más divertidas del trineo de Santa: el cuarto de la nieve. Desde arriba, caen hojuelas blancas que se amontonan en el suelo, donde los chicos hacen travesuras, desde peleas de nieve con papá hasta angelitos de nieve en el piso. Las carcajadas se entremezclan con la música navideña, y la emoción incrementa al saber que ya pronto tendrán la oportunidad de tener una conversación uno a uno con Santa.

Los ayudantes se despiden de la pequeña tripulación, llevándolos a la sede temporera de Santa, un colchón púrpura rodeado de inmensos regalos. Santa toma muy serio su trabajo; acomoda los obsequios y charla con sus ayudantes para conocer cuál es el estatus de la misión.

Y es aquí con Santa, a su lado, que conversan. Algunos no pueden parar de observarlo, se quedan sin palabras. Otros le piden paz para el mundo y regalos para todos los niños y niñas. Pero todos terminan la privada conversación con un: “¡Chócala, Santa!”, un apretón de manos o un tierno abrazo. Y claro, no pueden irse sin tomarse una foto, evidencia de que realizaron su misión como cadetes de la Navidad y de que este año se cumplirá la esperanzadora encomienda.

Al final de esta interactiva aventura navideña, terminamos todos con hojuelas de nieve en el cabello, con recuerdos en familia y sonrisas que perdurarán toda una vida.

Santa’s Academy está abierto todos los días, hasta el 24 de diciembre, en el horario regular de The Mall of San Juan. Debido a la naturaleza de la experiencia y a la gran acogida, se recomienda visitar los días de menor tráfico, de lunes a viernes, para esas familias que quieren disfrutar sin tanta espera. No se lo pierdan.