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Envejecer en solitario puede ser un riesgo a la salud

Es vital mantenerse activo, vinculado socialmente, con grupos de apoyo que provean acompañamiento y cuidar la salud física y mental

14 de abril de 2024 - 12:00 PM

Quienes no tienen red de apoyo familiar o comunitaria enfrentan mayores retos en las áreas de finanzas personales, acceso a servicios de salud, cuidado prolongado y autonomía personal (independencia) a medida que envejecen. (Shutterstock)

Miles de personas envejecen solas por no contar con un sistema de apoyo tradicional integrado por hijos o una pareja. Parte de ese grupo tiene la capacidad de crear una red de apoyo con amigos y conocidos, pero muchos no logran rodearse de personas en las cuales puedan apoyarse y son las que mayores riesgos y retos tienen en el proceso de envejecimiento.

El tema de los llamados “solo agers”, o personas que envejecen solas, recibe mucha atención estos días por la gran cantidad de gente con ese perfil, ya sea por elección o por circunstancias fuera de su control. Entre las muchas circunstancias, se cuentan no tener hijos, que estos tengan diversidad funcional, que hayan fallecido o que vivan lejos; no tener pareja, que esta haya fallecido, que esté enferma o que sea de su misma edad. Tener la familia lejos, que esta sea disfuncional, vivir en la calle o en un lugar aislado y usar y abusar de sustancias también son circunstancias que pueden propiciar un envejecimiento solitario, sin apoyo social.

Este también fue un tema de conversación en la reciente reunión anual de la American Society on Aging (ASA), celebrada en San Francisco, California, por los riesgos que plantea para quienes envejecen solos y tampoco cuentan con una red de apoyo entre amigos o vecinos. Las razones para no contar con una red de apoyo pueden ser muchas, pero entre ellas también se cuentan los problemas de salud mental, el discrimen y limitados recursos económicos y sociales que impiden el acceso a servicios públicos y privados. Aunque la conversación sobre este asunto se enfoca frecuentemente en personas LGBTQ+, la realidad es que hay muchos adultos mayores heterosexuales que también envejecen solos y es necesario ampliar la conversación.

Quienes no tienen red de apoyo familiar o comunitaria enfrentan mayores retos en las áreas de finanzas personales, acceso a servicios de salud, cuidado prolongado y autonomía personal (independencia) a medida que envejecen, se planteó en la conferencia “Aging Alone: Who Manages Well and Who is at Risk?”. Fue ofrecida por Lisa Krinsky, directora del Lgbtqia+ Aging Project, una organización sin fines de lucro de Boston, y Alexandra Webb, vicepresidenta sénior de la agencia independiente Service Program for Older People (SPOP) de Nueva York.

Durante su presentación, Krinsky le preguntó a la audiencia cuántos le ofrecerían ayuda para buscar un medicamento si estuviese enferma y no contara con nadie. Luego, preguntó cuántos pedirían ayuda si estuvieran solos y enfermos. Casi nadie levantó la mano para responder esa segunda pregunta, lo cual utilizó la conferenciante para destacar el hecho de que muchos no se atreven o no se sienten cómodos pidiendo ayuda cuando la necesitan. Ese, precisamente, es uno de los mayores riesgos de las personas que viven solas: la falta de apoyo.

Krinsky hizo la salvedad, sin embargo, de que no necesariamente por vivir solas las personas se aíslan y tienen mayor vulnerabilidad. Hay quienes están solos, pero se mantienen activos con una vida social, comparten con amigos, pertenecen a iglesias u otros grupos, hacen trabajo voluntario, entre otras cosas, y tienen a quiénes acudir cuando necesitan ayuda, compañía o acompañamiento.

Sin embargo, hay un grupo que sí se aísla, por elección o por diversas circunstancias, y experimenta un sentimiento de soledad y abandono, que no busca ayuda ni sabe cómo buscarla y que no cuenta con personas que le asistan. Esa situación puede impactar directamente su salud mental (con tristeza, depresión, mayor riesgo de problemas de memoria) y su salud física (pobre alimentación, poca atención médica, actividad física limitada).

Cifras publicadas el año pasado por el Censo de Estados Unidos dan una idea de la magnitud de la situación, pues en más de una cuarta parte (27.6%) de las viviendas ocupadas en suelo estadounidense, en 2020, vivía una persona sola. Esa proporción representó un alza de 7.7 puntos porcentuales en comparación con 1940. En Puerto Rico, en más del 30% de los hogares los jefes de familia viven solos, según datos de la Encuesta de la Comunidad de 2022, citados por la demógrafa Judith Rodríguez en la prensa.

Programas de asistencia

El grupo de personas envejeciendo solas es el que más atención necesita por parte del gobierno y entidades privadas y del tercer sector, con más servicios y programas, destacaron Krinsky y Webb.

Uno de los nuevos programas de la SPOP –fundado en 1972 y que actualmente es la única organización dedicada exclusivamente a atender las necesidades de salud mental de los adultos mayores en Nueva York– ofrece servicios combinados para atender la salud mental, el uso de sustancias y dar servicios vinculados al envejecimiento.

El programa STRIVE integra servicios conductuales y dirigidos a las necesidades que presenta el envejecimiento para promover el bienestar de sus participantes y ofrecerles herramientas para que puedan envejecer en sus casas. STRIVE es para personas de 55 años en adelante. Aunque fue creado por la Oficina de Salud Mental del Estado de Nueva York, es un programa híbrido cuyos servicios son ofrecidos conjuntamente por el SPOP, la agencia pública New York City Aging y la organización sin fines de lucro Metropolitan Center for Mental Health.

Mientras, la ASA y otras organizaciones y agencias hacen énfasis en que también es necesario que las personas, particularmente aquellas que envejecen solas, tomen medidas para tener ciertas protecciones. Entre ellas, se mencionan los documentos necesarios para viabilizar que otra persona pueda tomar decisiones en caso de no poder hacerlo, como son el Poder Duradero, la Declaración Previa de Voluntad y las autorizaciones para que se ofrezca información a otras personas en planes médicos, instituciones financieras, entre otros.

El ahorro para contar con recursos para pagar cuidado en el hogar o en una institución geriátrica también es parte de los planes que hay que hacer de cara a un envejecimiento sin familia cercana.

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Factores de riesgo de personas que envejecen solas

Demográfico

  • No tienen hijos o tienen hijos con diversidad funcional
  • No tiene pareja
  • Los amigos o la pareja tienen su misma edad
  • No tiene familiares vivos

Relacional

  • Vive solo
  • Los hijos o la familia viven lejos
  • Los amigos o la familia no son de fiar, no pueden o no están dispuestos a estar presentes
  • La familia es disfuncional
  • Está distanciado de la familia

Conductual

  • Extremadamente independiente o que tiende a aislarse
  • Falta de destrezas para comportarse o relacionarse socialmente
  • Trastorno de personalidad
  • Elección de no tener a la familia o amigos presentes en su vida
  • Abuso de sustancias
  • Traumas

Otras razones

  • Lugar donde vive (aislado)
  • No tiene hogar
  • Carecer de recursos y servicios de apoyo relevantes y culturalmente apropiados

Fuente: Service Program for Older People (SPOP) y Lgbtqia+ Aging Project

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