La ciencia continúa buscando alternativas para prevenir, desacelerar o curar enfermedades y, en el área mental, se han identificado factores y hábitos saludables que se recogen en el concepto de moda “brain health” o salud cerebral.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud cerebral es “el estado del funcionamiento del cerebro en los dominios (áreas) cognitivo, sensorial, socioemocional, conductual y motor, que permite a una persona desarrollar todo su potencial a lo largo de su vida, independientemente de la presencia o ausencia de trastornos”.

Es decir, que el estado de salud y de funcionamiento del cerebro depende de muchos factores, también conocidos como determinantes, que están relacionados con la salud física, el estado del ambiente, la seguridad, las conexiones sociales, el hábito de mantenerse aprendiendo y el acceso a servicios de calidad. Esos factores influyen en la forma en que el cerebro se desarrolla, adapta y responde al estrés y la adversidad, según la OMS y muchas otras autoridades científicas y sociales.

Este conocimiento no es nuevo, pero se ha ido afinando y ampliando por la inmensa cantidad de personas que tienen problemas de salud mental en un amplio espectro de severidad; tan solo con la enfermedad de Alzheimer, se estima que hay 6.9 millones de personas afectadas en Estados Unidos. Frente a eso, el concepto de “brain health” va dirigido a desarrollar estrategias de prevención que se puedan utilizar a lo largo de la vida. Esto significa que no son estrategias para un grupo de personas, sino que deben ser adoptadas por todas las personas de todas las edades.

“Optimizar la salud del cerebro abordando estos determinantes no solo mejora la salud física y mental, sino que también crea impactos sociales y económicos positivos, que contribuyen a un mayor bienestar y ayudan al avance de la sociedad”, declara la OMS.

Para ayudar a que las personas aprendan y adopten hábitos saludables para su cerebro, la organización AARP desarrolló un programa en línea que está en la página virtual stayingsharp.aarp.org.

“La forma en que pasas el día puede tener un gran impacto en la salud del cerebro, según muestra una investigación. Coma bien, muévase con frecuencia, vea amigos, duerma bien, controle el estrés y siga aprendiendo. Compartiremos los porqués y los procedimientos”, dice al inicio del programa, en el que también encontrará evaluaciones que puede hacer para saber cómo están trabajando su memoria y atención.

El programa “Staying Sharp” está disponible para cualquier persona que entre a la página y haga una cuenta, aunque algunas de las recomendaciones están reservadas solo para miembros de AARP. Incluye recetas para comer más saludable, artículos sobre hallazgos científicos y otros, vídeos con ejercicios o con conferencias cortas, recetas de cocina, juegos para estimular la memoria y recomendaciones para manejar el estrés y buscar tiempo para la reflexión y bajar el estrés, entre muchas otras cosas.

En uno de los vídeos, por ejemplo, la profesora de neurobiología Christine Ann Denny explica que, cuando se hacen muchas cosas a la vez (el llamado “multitasking”), no se le hace bien al cerebro. Otro, explica cómo mejorar el hábito de retrasar o procrastinar las cosas para evitar el estrés y la ansiedad.

En su intervención durante la Conferencia Anual de la American Society on Aging, el neurofisiólogo Ronald Lazar, quien dirige el Instituto del Cerebro Evelyn F. McKnight en la Universidad de Alabama, en Birmingham, habló sobre cómo utiliza la música con sus pacientes.

Se refirió al programa “Brain Health Advocacy Mission”, en el cual inicialmente atendieron a 100 pacientes, con el fin de prevenir posibles diagnósticos de demencia y problemas de memoria. El programa está en dos clínicas de cuidado primario de la Universidad de Alabama, en la que se hacen las evaluaciones y se integran las estrategias para tener un estilo de vida saludable, controlando los niveles de presión arterial, azúcar en la sangre y colesterol, así como hacer actividad física, alimentación saludable, bajar de peso y mejorar la calidad del sueño, entre otros.

El doctor Lazar usa la música como una estrategia de prevención y de motivación para vivir un envejecimiento saludable. Evalúan a pacientes con factores de riesgo, como hipertensión y colesterol alto, entre otros, y los inscriben en un programa en que los educan y motivan a adoptar estilos de vida saludable, como hacer actividad física.

Para hacer sus caminatas u otros movimientos, se identifica la música que al paciente le gusta para que la escuche mientras se ejercita. Dice que la música tiene un efecto en el cerebro, que influye para que la persona se sienta motivada a continuar.

Mientras, en el centro de vivienda asistida Goddard House, en Massachusetts, cuentan con un innovador e interdisciplinario programa de arte para personas con Parkinson. Integra arteterapia, musicoterapia y terapia ocupacional para ayudar a sus participantes, no solo a desarrollar más su parte artística, sino también a disminuir sus niveles de ansiedad y depresión.

El programa “Opening Minds through Art”, que está basado en evidencia científica y que fue diseñado para personas con demencia, sirvió como base. En Goddard House, lo adaptaron y decidieron asignar terapeutas y voluntarios para asistir a cada uno de los participantes en su proceso creativo, mientras escuchan música y mejoran su calidad de vida.