Un monumento en escaleras, que simboliza la hermandad y que lleva el nombre de “El Cristo de la Fraternidad”, se impone como uno de los principales atractivos turísticos de Juncos, pueblo del sureste.

Se trata de una pieza que, además, representa el fervor religioso de los junqueños, ubicada en el Paseo Fraternidad.

La esfinge del Cristo con los brazos extendidos se encuentra sobre un promontorio de escaleras, de cara al río Valenciano. A sus pies, una Virgen lavando ropa que -según la directora de la Oficina de Turismo de Juncos, Denisse Oyola- representa a las mujeres junqueñas que hacían ese trabajo en la ribera del río Valenciano.

Aunque hoy se encuentra rodeado de estructuras que obstruyen la vista escénica del monumento, cuando fue construido en el 1937, “El Cristo de la Fraternidad” podía observarse desde distintos puntos del casco urbano.

A pocos pasos de este lugar, justo en la calle José Julián Acosta, se encuentra la “Placita de las Banderas”. El espacio fue seleccionado por el artista villalbeño Héctor Collazo para pintar la bandera de Puerto Rico como parte del proyecto ‘78 pueblos, una bandera’.

“Esta fue la bandera número 67 que Héctor pintó. Esto era un estorbo público terrible y el municipio rehabilitó el lugar para que Héctor pintara la bandera”, contó Oyola.

Junto a la monoestrellada, también se pintó la bandera de Juncos.

Ya entrando al casco urbano de este municipio, por la PR-9919 se encuentra el “Paseo Escuté”, nombrado así en honor a Francisco Escuté, quien fue alcalde de ese municipio del 1896 al 1900.

En el lugar ubican la Casa Alcaldía, la Oficina de Asuntos Federales del Municipio (antiguo hospital municipal), el Centro de Envejecientes Renacer y la Biblioteca Municipal José M. Gallardo.

Se trata de edificios antiguos, de aspecto colonial. En el caso de la Casa Alcaldía, esta fue diseñada por el arquitecto Rafael Carmoega Morales, quien fue el primero en ostentar la posición de Arquitecto del Estado en 1931, y que además tuvo a su cargo el diseño del Capitolio, la Escuela Superior Central y la escuela Tropical de Medicina, entre otros.

El diseño del edificio sigue el estilo del academicismo francés (Beaux Art) y, como muchas estructuras públicas de los primeros lustros del siglo XX, cuenta con un patio interior y galerías en arco en sus dos niveles.

Además de su arquitectura clásica, en el vestíbulo de la Alcaldía se exhibe una obra del pintor junqueño Gregorio ‘Goyito’ Sánchez, que recoge los encantos del río Valenciano y estampas tradicionales de los campos de Juncos.

Además de contar con varios kioscos y una caudalosa fuente, todos los lunes, miércoles y viernes la plaza de recreo Antonio R. Barceló, de Juncos, se transforma en una pista de patinaje al aire libre, al estilo de los años 80 y 90.

Durante las noches de “Patinaje Urbano”, que dan inicio a las 6:00 p.m., la música de esa época ambienta la velada, mientras que los participantes utilizan patines de cuatro ruedas, tal y como se hacía en esa época.

Precisamente frente a la plaza de recreo de Juncos, en la calle Almodóvar, se encuentra la Parroquia Inmaculada Concepción, cuya construcción culminó en el 1797 con la fundación del pueblo.

De acuerdo a documentos históricos en posesión de la Iglesia, el templo original consistía de una capilla mayor, dos sacristías de cal y ladrillo y el cuerpo de la iglesia de madera y tejas.

Preservada en el templo, se encuentra una campana con fecha de fabricación del 1817 que, se presume, fue instalada luego que un terremoto causara daños al campanario en el 1818. Sin embargo, se tiene certeza que la estructura fue asolada por otro terremoto en el 1867.

Como en otros pueblos de la isla, se cree que bajo la parroquia existieron túneles que conectaban con la Casa del Rey (actual Escuela de Bellas Artes de Juncos) y otras estructuras del casco urbano.