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Terapia ocupacional en el manejo del trastorno por consumo de sustancias

Esta enfermedad causada por el uso indebido repetido de sustancias se diagnostica en base a síntomas cognitivos, conductuales y psicológicos

13 de abril de 2024 - 11:10 PM

La investigación tiene como norte desarrollar un fármaco que pueda modificar o suprimir ciertos sentimientos y memorias que están ligados al alcohol para reducir el consumo excesivo y dependencia de la sustancia. (Thinkstock)
El paciente con diagnóstico de trastorno por consumo de sustancias experimenta pensamientos recurrentes sobre el consumo, lo que hace que le resulte difícil sentir placer con algo que no sea la sustancia.

Entre los años 2011 y 2021, una de cada diecisiete personas en el mundo consumió algún tipo de sustancia, aumentando la cifra de 240 a 296 millones. En Puerto Rico, la cifra también ha ido en aumento. El grupo poblacional más vulnerable con el uso de sustancias adictivas son los jóvenes.

Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-5), el trastorno por consumo de sustancias (TCS) es una enfermedad causada por el uso indebido repetido de sustancias como alcohol, cafeína, cannabis, alucinógenos, inhalantes, opioides, sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, estimulantes (anfetaminas, cocaína y otros estimulantes) y tabaco. Todas estas sustancias tomadas en exceso tienen un efecto común de activar directamente el sistema de recompensa cerebral y producir una activación tan intensa que las actividades cotidianas de vida pueden ser afectadas. Las sustancias modifican el comportamiento y hacen que consumirla sea un hábito.

El TCS se diagnostica con base en síntomas cognitivos, conductuales y psicológicos. Puede variar de leve a grave y de temporal a crónico. A veces es difícil identificar el trastorno porque las personas pueden mantener un nivel de ejecución ocupacional funcional, pero se puede observar:

  • alteración en la alimentación, patrón del sueño, apariencia personal
  • conflictos en el trabajo, escuela, hogar
  • problemas siguiendo normas, incurrir en conductas de riesgo, ilegales o accidentes
  • fluctuaciones en el estado de ánimo, emociones y comportamiento
  • variación en el nivel de motivación

El paciente con diagnóstico de TCS experimenta pensamientos recurrentes sobre el consumo, lo que hace que le resulte difícil sentir placer con algo que no sea la sustancia. Por ello, afecta su interés y participación en las actividades y ocupaciones de la vida diaria.

Los terapeutas ocupacionales tienen un rol significativo en el manejo del trastorno. La ocupación se define como actividades cotidianas que el ser humano realiza como individuo, familia y comunidad. Las ocupaciones son necesarias para la sobrevivencia, identidad y el sentido de competencia a nivel individual y comunitario.

Las actividades del diario vivir se dividen entre las básicas como el cuidado personal, y las actividades instrumentales de mayor complejidad e interacción con el entorno como cuidado de salud, actividad sexual, manejo del hogar, entre otras.

El manejo de las finanzas es una de las ocupaciones más afectadas. El deseo compulsivo de consumir y la forma en que el cerebro reorganiza las prioridades bajo el efecto de la sustancia conduce a problemas como incumplimiento en el pago de deudas, pérdida de trabajo, de solvencia económica, llevando en muchos casos, a no seguir normas e incurrir en conductas de riesgo, actos ilegales o accidentes.

Las sustancias adictivas también pueden afectar ciertas partes del cerebro como el lóbulo frontal, encargado de las funciones cognitivas de motivación, toma de decisiones, planificación, solución de problemas, organización y atención, lo que equivale a otras pérdidas en el área de las ocupaciones.

Como parte de la intervención, el terapeuta ocupacional evalúa el perfil ocupacional y las habilidades para realizar las ocupaciones. Se establece el enfoque de intervención para promover, mantener y modificar el nivel de función en las ocupaciones, promoviendo salud, bienestar e integración social. Se analiza la severidad de la enfermedad, el nivel de cuidado, tratamientos médicos y la etapa de cambio en que se encuentra el cliente. La coexistencia de traumas y condiciones de salud mental en el paciente con TCS también interfieren con la ejecución ocupacional, lo que valida la necesidad del servicio de terapia ocupacional.

La terapia ocupacional motiva al cliente y promueve encontrar significado y valor en las actividades, mientras maneja su adicción. Ayuda a reintegrarse en su vida social y laboral por medio del desarrollo de habilidades y estrategias prácticas que le permitan enfrentar los desafíos cotidianos sin recurrir a la sustancia. Si el cliente realiza actividades significativas, experimentará mayor adherencia y reforzará su compromiso para continuar con la recuperación.

La autora es terapista ocupacional y pertenece al Colegio de Profesionales de Terapia Ocupacional de Puerto Rico.

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