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La depresión es una mala compañía para el corazón

Especialistas en salud cardíaca y mental presentan acciones para mejorar la calidad de vida de los pacientes que sufren ambas condiciones

14 de marzo de 2021 - 12:00 AM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 3 años.
La depresión es un factor precipitante de una enfermedad cardíaca. (Shutterstock)

La depresión y las enfermedades cardiovasculares no pueden atenderse por separado, porque es muy común que las personas enfrenten ambos diagnósticos, coincidieron expertos de la salud cardíaca y mental.

El cardiólogo Francisco Lefebre Llavona, del Centro Cardiovascular de Puerto Rico y el Caribe, explicó que existe una relación entre la depresión y las enfermedades del corazón en ambas direcciones. Es decir, un paciente con un diagnóstico de depresión puede desarrollar alguna condición del corazón, y una persona con una enfermedad cardíaca puede terminar con un trastorno mental ante los cambios en su vida.

“Existen estudios que indican que las personas que sufren depresión también sufren de una enfermedad cardíaca. Lo interesante es que es en ambas direcciones, porque también puede aparecer el problema con el corazón y, luego, puede llegar la depresión. Por eso, como cardiólogo, tengo que estar pendiente de la parte psicológica para que el tratamiento tenga resultados positivos. Es esencial tener el panorama completo”, mencionó el doctor.

En efecto, así lo revela un estudio de los investigadores del Intermountain Medical Center Heart Institute, Utah, quienes descubrieron que los pacientes que desarrollan depresión después de ser diagnosticados con una enfermedad cardíaca duplican su riesgo de muerte cardiovascular a largo plazo. De hecho, la depresión es el predictor más fuerte de muerte en la primera década después de un diagnóstico de enfermedad cardíaca.

El médico señaló que las personas que desarrollan una enfermedad del corazón, que sufren un infarto o tienen una cirugía, por lo general, caen en depresión. Por tanto, los especialistas están alertas por si identifican señales como pérdida o aumento de peso, cambios en el patrón del sueño, intranquilidad, indiferencia ante el estado de salud, poco contacto visual al hablar o que dejen de tomar sus medicamentos.

“Muchos se sienten culpables por no cuidarse, por lo que pueden representar para sus familiares. En ocasiones, luego de un evento cardiovascular quedan incapacitados o encamados, y estos factores pueden llevar a la depresión”, reiteró.

El psiquiatra Víctor Toraño coincidió con el cardiólogo en que es una “relación bidireccional porque la depresión, la ansiedad y el estrés prolongado pueden causar problemas del corazón y, también, las personas con depresión son más propensas a llevar estilos de vida no saludables como fumar, inactividad física y consumir alcohol, que llevan a desarrollar enfermedades del corazón”.

Coincidió en que los fallos cardiacos abonan a que las personas tengan miedo a morir, y se afecte la salud mental ante esta nueva realidad. Según la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en todo el mundo.

Toraño puntualizó que las personas experimentan tristezas y distintos estados de ánimo, en las etapas de la vida. Sin embargo, el especialista recalcó que si ese sentimiento se presenta la mayor parte del día, por un periodo de dos semanas, podría indicar que el paciente está desarrollando un trastorno mental.

¿Qué acciones puede tomar un paciente con depresión y enfermedades cardíacas?

Aunque existen factores genéticos que inciden en las enfermedades que se desarrollan a lo largo de la vida, Toraño insistió en que llevar un estilo saludable ayuda al bienestar físico y mental de las personas.

“Si en tu familia hay personas con depresión y ansiedad, debes estar más vigilante. Eso no está en nuestro control, pero sí podemos tratar de llevar una vida saludable con actividad física. Sabemos porque se ha estudiado que la actividad física y comer saludable minimizan los riesgos”, reaccionó.

El especialista en salud mental subrayó que la psicoterapia es un paso que no puede faltar en la recuperación de un paciente con depresión.

“Muchas veces, escuchamos a pacientes que van al psiquiatra y los despachan rápido. Yo no he sabido de medicamentos que resuelvan los problemas de nadie. La psicoterapia es la herramienta para resolver los problemas, y la medicina hace que te sientas mejor para que quieras enfrentar esos problemas. Una parte complementa la otra”, apuntó quien atiende en el Centro Cardiovascular de Puerto Rico y el Caribe.

La cardióloga María E. Ramos Cortés, por su parte, agregó que el ejercicio y una alimentación saludable deben estar acompañados de descanso y esparcimiento.

“El exceso de trabajo de 12.15 horas, empujan a la depresión y a la ansiedad. A veces, nos exigimos demasiado, y el ser perfeccionista también nos empuja a una depresión. Tenemos que ser realistas y tenemos que sacar tiempo para el ocio”, comentó la vicepresidenta de la Sociedad Puertorriqueña de Cardiología.

La empatía y la compasión son esenciales

La cardióloga Ramos y el psiquiatra Toraño concurren en que los pacientes con diagnósticos de depresión y de enfermedades cardiovasculares deben rodearse de personas compasivas y empáticas que validen sus sentimientos y sus estados de ánimo.

“No es una tristeza pasajera o una melancolía sin importancia o, como muchos lo ven, una ‘changuería’. La depresión es un factor precipitante de una enfermedad cardíaca. No podemos despacharlo como una ‘bobería’. Hay que ser compasivo. Además, hay que respetar que para algunas personas algo puede ser inmenso y, para otras, no”, mencionó Ramos.

“No hay duda de que la salud mental y física van de la mano y no se pueden descuidar. Los profesionales de la salud tenemos que ser compasivos y referir si es necesario a un psiquiatra para determinar si la persona está pasando por una depresión mayor que requiere medicamentos, hospitalización o un seguimiento parcial”, agregó la profesional.

Por su parte, el psiquiatra Toraño resaltó que es importante que los amigos y familiares del paciente sean empáticos y, sobre todo, tomen acción si identifican cambios de ánimos y conducta.

Añadió que, por lo general, las personas no se autoevalúan sobre sus comportamientos e, incluso, no se dan cuenta de los cambios, por lo que recomendó que quienes estén cerca se atrevan, de una manera empática, a señalarles si están más callados o adoptan estilos de vida poco saludables.

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Este contenido fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.

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