Carlos E. Díaz Olivo
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¿Se justifica la eliminación de las cláusulas de no competencia?

La Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés), la agencia que ejecuta la política antimonopolística de Estados Unidos, ha propuesto reglamentación para prohibir a los patronos la imposición de cláusulas de no competencia. Una cláusula de no competencia impide al empleado irse a trabajar para otra persona que compita con su patrono o que inicie una nueva empresa que compita con este. De ordinario, la prohibición se fija con respecto a un área geográfica particular y por un periodo de tiempo, una vez el empleado renuncia a su empleo. Para comprender los fundamentos de la regulación, resulta conveniente repasar los supuestos operacionales de nuestro sistema económico.

El sistema de libre empresa opera bajo el entendimiento de que cada individuo sabe, mejor que otras personas y que el Estado, lo que desea y le conviene. Cada quien está en libertad de procurar y aceptar las ofertas económicas que mejor satisfagan sus inquietudes. Esto incluye trabajar y hacer negocios con quien nos brinda mejores condiciones económicas y cesar de hacerlo cuando entendamos que nos conviene. La libre selección obliga a los participantes del mercado a esforzarse por brindar lo mejor de sí para mantener la lealtad de empleados, suplidores y clientes. Si su ofrecimiento no satisface las expectativas del mercado, ese empleado, suplidor o cliente se moverá a buscar otro arreglo que satisfaga sus necesidades.

Buscan eliminar las cláusulas de no competencia

Comisión Federal de Comercio considera la medida como forma de mayor promoción de empleos .
Comisión Federal de Comercio considera la medida como forma de mayor promoción de empleos . (Shutterstock)

En ocasiones, se imponen restricciones al libre movimiento de recursos y talentos en el mercado. Algunas de estas restricciones son razonables. Por ejemplo, si el propietario de una panadería exitosa decide vender su negocio, para la persona que la adquiere no tiene sentido económico que, al día siguiente de la venta, el vendedor inaugure, justo al frente de su antiguo negocio, otra panadería. Tal actuación menoscaba y resta valor al negocio que se acaba de comprar. En tal caso, se considera razonable que el comprador exija al vendedor que se abstenga de establecer un negocio similar en el futuro inmediato, al menos en el área geográfica donde está localizado el negocio recién vendido.

La complicación surge porque los patronos han utilizado estas cláusulas para exigirles a sus empleados que al renunciar no procedan – de inmediato - a prestar servicios a un competidor o a establecer una empresa en el mismo giro de negocios. Es entendible que un patrono, que invierte dinero para adiestrar y formar a sus recursos humano, intente protegerse de otro competidor desleal que no asumió ese riesgo. De otra parte, este tipo de restricción puede reducir las posibilidades de desarrollo de los empleados y limitar el ofrecimiento de mejores alternativas al consumidor. Esto es lo que el FTC atiende con su nueva regulación.

El FTC considera que las cláusulas de no competencia redundan en salarios bajos, no estimulan la innovación y obstaculizan que emprendedores puedan iniciar nuevos negocios. Al prohibir esta práctica, la agencia federal estima que los salarios incrementarán en $300 billones anuales y que se expandirán las oportunidades profesionales para 30 millones de personas.

Es importante destacar que la regulación no impediría a los patronos exigir a los empleados renunciantes que le reembolsen los gastos razonablemente incurridos en su adiestramiento. La norma tampoco aplicaría a personas que tengan una participación de 25% o más en la empresa en la que laboran.

El FTC entra ahora a un proceso para recibir comentarios sobre la propuesta, antes de su promulgación definitiva. Aunque la propuesta puede generar preocupaciones, los creyentes genuinos del sistema de libre empresa no deben temerle. Si usted tiene un recurso humano valioso, debe ocuparse por ofrecerle un arreglo de trabajo de tal naturaleza que le resulte insensato abandonar el puesto que ocupa. Si no lo hace, es justo que ese capital humano se relocalice en otro sector donde sea mejor valorado y se utilice más efectivamente.

La nueva regulación debe abrir oportunidades para que personas que han trabajado para otras puedan motivarse a emprender su propia aventura empresarial. De eso depende el sistema de libre empresa y las oportunidades de desarrollo económico de la sociedad: de que existan personas dispuestas asumir riesgos y abandonar la zona de complacencia para buscar y crear nuevas oportunidades.

LEE MÁS:

¿Qué pasará en el mercado laboral de Puerto Rico si la FTC prohíbe las cláusulas de no competencia?

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