El análisis de las realidades venezolanas sugieren que la calificación de fallido resulta insuficiente por las amplias consecuencias de acción delincuencial, escribe Miguel Henrique Otero
El análisis de las realidades venezolanas sugieren que la calificación de fallido resulta insuficiente por las amplias consecuencias de acción delincuencial, escribe Miguel Henrique Otero
Hasta donde he alcanzado a investigar, el concepto de Estado fallido se ha configurado con el uso: desde finales de los ochenta, probablemente en Estados Unidos, se comenzó a utilizar esta fórmula –fórmula de denuncia– que agrupaba a los países cuyos Estados resultaban incapaces de prestar a la población los servicios y las respuestas básicas que las sociedades requieren para funcionar. Entonces, creo recordar, varios países de África, Asia y América Latina eran descritos de ese modo. En nuestro continente, Haití se mencionaba como el caso más emblemático: nación pobrísima, donde las instituciones no funcionaban bien, carcomidas por la corrupción en la mayoría de sus instancias.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: