Juan Antonio Bethencourt
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La tolerancia de Benedicto XVI

Como coach de vida compruebo que el deseo más ardiente, pero, a la vez, más ausente en muchas personas, es la paz. Todos queremos paz y uno de los aspectos que más la amenaza es la polarización social. Esa situación de conflicto permanente en la que vivimos ocurre por la incapacidad de convivir con la diversidad de ideas, valores y visiones del mundo. El camino a la paz pasa por vivir la auténtica tolerancia.

La Real Academia Española define tolerancia como el respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás que son diferentes o contrarias a las propias. La tolerancia no es la desaparición de la divergencia de ideas, ni la renuncia a tener ideas propias, ni afirmar que todas las opiniones valen los mismo. La tolerancia es la capacidad de convivir con la diversidad, sabiendo que vivimos en búsqueda de una verdad de la que nadie es el dueño.

Quienes lean a Benedicto XVI se encontrarán a alguien que se plantea preguntas difíciles que cuestionaban en lo más profundo sus propias creencias y les buscaba respuesta. Sin miedo y sin cerrazón. Dialoga con los intelectuales de las más variadas corrientes y opiniones. Lo mismo dicen quienes trabajaron con él. Era un hombre que sabía razonar, justificar, defender sus propias convicciones y, al mismo tiempo, escuchar, dar valor a la opinión de los demás y cambiar de opinión si eso lo acercaba a una mayor comprensión de la realidad. Era un hombre que no tenía miedo a buscar la verdad y eso le llevó a estar abierto a todos.

Algunos momentos relevantes del papa emérito Benedicto XVI

El papa emérito Benedicto XVI.
El papa emérito Benedicto XVI. (Agencia EFE)

El papa Francisco reza por Benedicto XVI en la misa de Año Nuevo

A la vez, era un hombre que intentaba vivir según las verdades que hallaba. Esto último es quizá lo que le ganó muchas críticas. Se le recriminó su dogmatismo, su rigidez, su conservadurismo. Su firmeza en lo que consideraba la verdad. Pero ¿puede pedírsele a un hombre que viva en contra de lo que después de esfuerzo y estudio ha encontrado como lo bueno y verdadero? ¿Puede pedírsele a un hombre que sea incoherente?

Al finalizar la vida de alguien se hace balance. En la vida de Benedicto XVI -como en la de todos- habrá luces y sombras. Una de las luces que nos deja es un legado de la tolerancia que tanto necesita nuestra sociedad. Una tolerancia que incluya la búsqueda sincera de la verdad, el estudio y la reflexión profunda, el diálogo con la diversidad, la firmeza en las propias convicciones y la comprensión empática de las convicciones ajenas. Esta tolerancia es la garantía de paz.

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