Le tocó a Theodore Roosevelt convertir esas ansias imperiales en una realidad, arrebatándole territorios a España en 1898 para colocar los primeros peldaños de su periferia naval, escribe Aarón Gamaliel Ramos
Le tocó a Theodore Roosevelt convertir esas ansias imperiales en una realidad, arrebatándole territorios a España en 1898 para colocar los primeros peldaños de su periferia naval, escribe Aarón Gamaliel Ramos
A finales del siglo diecinueve, cuando Estados Unidos se encaminaba a ocupar un lugar en la cima del poderío mundial, consideró importante crear un cordón de islas para proteger las amplias fronteras del naciente imperio. Fue el historiador naval Alfred Thayer Mahan quien advirtió la necesidad de edificar una franja de seguridad en su libro, La influencia del poder naval en la historia, publicado en 1890, que fue la lectura preferida de los dirigentes de esa nación durante aquellos tiempos.
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