Ninguno de los dos principales partidos políticos trabaja con seriedad la relación política entre San Juan y Washington, salvo para avivar masas electoreras cuando conviene, escribe Leo Aldridge
Ninguno de los dos principales partidos políticos trabaja con seriedad la relación política entre San Juan y Washington, salvo para avivar masas electoreras cuando conviene, escribe Leo Aldridge
Nuestro centenario estancamiento colonial tiene consecuencias políticas diarias que, aunque predecibles, no dejan de ser patéticas. Esta semana la sempiterna competencia entre estadistas y populares por ver quién se comporta más erráticamente con el status la ganaron los primeros, comandados por la cabildera de las redes, quien afirmó, antes de decirle corrupto al gobernador, que su trabajo como “delegada congresional” (sin acceso al Congreso) era un mero “espejismo que creó el estado para seguir avanzando la agenda del partido penepé… para decir, ´mira estamos luchando por la estadidad´, y se perpetúan en el poder”.
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