Cualquier observador razonable y prudente que analice las incidencias en el PPD tendría que llegar a una monda y lironda realidad: de los tiempos del “fuego popular” solo quedan cenizas, escribe Antonio Quiñones Calderón
Cualquier observador razonable y prudente que analice las incidencias en el PPD tendría que llegar a una monda y lironda realidad: de los tiempos del “fuego popular” solo quedan cenizas, escribe Antonio Quiñones Calderón
Un simpático vecino y elector de Morovis dijo el domingo ante las cámaras de televisión que sus padres, desde pequeño, le advirtieron que lo estaban criando para que fuera toda la vida “católico y popular”. En agradecimiento a sus progenitores, continuó el jovial elector – Pava del siglo 20 a la cabeza: “lo seré hasta que muera”. Por eso, dijo, participó en las tristes primarias del Partido Popular Democrático y votó por la alcaldesa Carmen Maldonado en la elección para seleccionar –todavía no se ha seleccionado– el próximo presidente del popularismo que queda.
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