Si queremos mantener los logros de justicia social y una vida digna para cada puertorriqueño, necesitamos energía estable, fiable y abundante, escribe Pedro M. Rosario Barbosa
Si queremos mantener los logros de justicia social y una vida digna para cada puertorriqueño, necesitamos energía estable, fiable y abundante, escribe Pedro M. Rosario Barbosa
Actualmente hay una crisis energética global a la que se suele sugerir como respuesta las fuentes limpias, especialmente renovables como solar o de viento. Sin embargo, algunos de sus proponentes nos dicen que debemos reducir el uso de electricidad. A veces, llegan tan lejos como a insinuar que en el futuro, los hospitales o condominios tendrán que minimizarlo significativamente. En el caso de Puerto Rico, tampoco tienen en consideración la inversión beneficiosa de capital, pero que requiere un alto consumo energético. No suelen reflexionar sobre la inversión de energía que conlleva el que toda persona viva con dignidad.
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