Quedarían remanentes de aquella era sórdida en que la industria del recogido de basura era la pantalla perfecta para obtener contratos, no por proveer el mejor servicio, sino por otras razones, escribe Leo Aldridge
Quedarían remanentes de aquella era sórdida en que la industria del recogido de basura era la pantalla perfecta para obtener contratos, no por proveer el mejor servicio, sino por otras razones, escribe Leo Aldridge
No es casualidad, ni es novedoso, que los actos de corrupción que desembocaron en la renuncia de Félix “Cano” Delgado como alcalde de Cataño hayan girado principalmente alrededor del recogido de basura. La basura fue, por décadas, uno de los principales negocios de la Cosa Nostra en la Ciudad de Nueva York cuando la mafia estaba en su cénit. Desde entonces el modelo ha sido emulado, aquí con modificaciones tropicales, para lograr el mismo propósito: burlar el ordenamiento a través de un rubro comercial legal.
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