En el paraíso tropical de Puerto Rico, mientras se prohíbe matar a los perros, se otorgan permisos para el exterminio de las tortugas, dice Orlando Parga
En el paraíso tropical de Puerto Rico, mientras se prohíbe matar a los perros, se otorgan permisos para el exterminio de las tortugas, dice Orlando Parga
El perro vio rodar la pelota por el campo de golf de Río Grande en el que su presencia era bienvenida para exterminar “gallinas de palo”, pero su instinto le urgió atraparla y jugar. Un encolerizado deportista de golf le cayó a tiros y ahora enfrenta la más severa sentencia de cárcel porque nuestras leyes prohiben la crueldad contra animales. Millas al oeste, la construcción de un muro y una piscina a pulgadas de donde rompen las olas sobre la hermosa costa de Rincón es sentencia de muerte para miles de tortugas en peligro de extinción mundial, pero esta vez, las leyes y reglamentos que lo prohiben se doblegan a la influencia económica y la sumisión de los funcionarios gubernamentales. No es que el golfista asesino de perros merezca menos que enfrentar la cárcel… mas, el exterminador de tortugas, ¿debe ser premiado?
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