El alcalde Pierluisi no se siente ni se ve, apenas se oye, porque ya lo hemos sentido, visto y oído. Conoce a su partido, pero desconoce al país que está más allá del control de acceso, dice Eduardo Lalo
El alcalde Pierluisi no se siente ni se ve, apenas se oye, porque ya lo hemos sentido, visto y oído. Conoce a su partido, pero desconoce al país que está más allá del control de acceso, dice Eduardo Lalo
Luego de cuatro meses en La Fortaleza y de seis de haber ganado las elecciones, el cuatrienio de Pedro Pierluisi no se siente. Como se verá, el hecho de “no sentirse” es polivalente y quizá algo siniestro. Lo cierto es que, para nosotros los ciudadanos, los primeros cuatro meses de esta gobernación no han tenido ningún significado. En realidad, este hecho es el resultado de lo que probablemente sea una estrategia. Pierluisi no se siente, porque como escribiera hace poco en este diario, el político del PNP no es un gobernador sino un alcalde. El alcalde, es cierto, del pueblo más grande: el que tiene más barrios, urbanizaciones y contratos, pero alcalde al fin.
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