El mensaje de la comunidad científica en Puerto Rico, como en Estados Unidos, ha sido consistente y rotundo: vacunarse es la única forma de poner fin a la crisis de salud por el COVID-19, ya extendida por alrededor de año y medio. Resistir ese hecho validado científicamente es atentar contra la salud propia, contra la de otros y contra la recuperación del país.
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Acertado exigir la vacuna a empleados del gobierno
Nota de archivo
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