Con su carita pintada del personaje del hombre araña, Salvador Torres Reyes, de 5 años, lucía tranquilo mientras la enfermera Ana Tavera se preparaba ayer para administrarle la vacuna contra el COVID-19. Tan pronto vio la aguja el menor, sentado en la falda de su madre, Janelle Reyes, gritó y lloró. Pero, a los pocos segundos del pinchazo, el niño se calmó.