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Charlie Ronda comenzó su vida como comerciante vendiendo guantes de béisbol desde el baúl de su carro a las afueras de los parques de pelota. Junto a su esposa, Vivianna Quijano, viajaban buscando parques que estuvieran iluminados con la promesa de poder vender su mercancía.
Ronda, de 49 años, es ahora propietario de Rondapro, una empresa que celebra sus 25 años en el negocio de la impresión y preparación de materiales promocionales.
“Yo comencé con mi esposa, que en ese momento era mi novia, vendiendo guantes de béisbol desde el baúl del carro con $1,000 que me prestó un amigo”, relató Ronda desde su negocio en Guaynabo.
El interés por los artículos deportivos le llegó como parte de la afición familiar a la pelota y a la organización de torneos en los que participaba toda la familia. Eventualmente, Ronda escogió un camino empresarial que no lo mantiene del todo alejado de estos comienzos.
Su empresa fue seleccionada nuevamente para diseñar e imprimir el uniforme que lucirá el equipo boricua en el Clásico Mundial de Béisbol que se celebrará en marzo. Puerto Rico disputará en la ciudad de Miami.
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“Nos criamos en Las Lomas y esa es la cuna del béisbol juvenil en Puerto Rico. De ahí salen los mejores equipos y en nuestra familia era estar en el parque. Mi tío, Willie Ronda, era quien organizaba muchos torneos juveniles y de corporaciones y siempre nos tocaba algo: recortar la grama, atender el quiosco. Hice un “upgrade” a arbitraje y ya a los 17 y 18 años organizaba torneos entre todos los primos”, relató.
Fue en estos parques que escuchó por primera vez de los guantes Rolin, hechos en México. Decidió traerlos a Puerto Rico con los $1,000 en préstamo de un amigo y comenzar a venderlos desde su baúl y en medio de los juegos que arbitraba. Posteriormente decidió crear su propia línea de artículos deportivos hasta que decidió detener su carrera en contabilidad y optar por abrir la tienda Ronda Pro Sport en la avenida San Patricio.
“Ese es mi apellido y en el béisbol todo el mundo conoce a los Ronda. Era una manera de sacarle provecho al nombre”, contó al recordar que en la tienda, los mismos clientes pedían que les prepararan los uniformes para los equipos de sus hijos. Comenzó a imprimir a una escala menor de la que tiene hoy día en su negocio.
“Ese negocio se fue convirtiendo en el Rondapro de hoy, que somos más un suplidor de material promocional y corporativo y hacemos ‘consulting’ de campañas”, indicó sobre el negocio que comenzó en 1997.
Rondapro opera con unos 20 empleados que laboran en el edificio en Guaynabo, un local de más de 10,000 pies que significó una inversión de entre $300,000 a $400,000 para la empresa. Esta expansión les permitió ofrecer no solo el servicio de diseñar e imprimir mercancía, sino además almacenar y distribuir la mercancía. La expectativa de Ronda es ampliar la parte de producción de mercancía para sus clientes corporativos, artistas y negocios, exportar los productos y ampliar su catálogo de ofrecimiento como consultor en campañas más amplias.
“Ahora mismo somos un ‘fullfillment center’ para el ‘e-commerce’ (comercio por internet). Tenemos de seis a diez tiendas online que se las corremos a los clientes”, explicó. Al hablar de sus inicios en esta industria, recuerda campañas como la impresión de miles de camisetas del evento Cool and Casual de la Asociación de Distrofia Muscular (MDA, en inglés), así como la mercancía de la caminata Relevo por la Vida de la Sociedad Americana contra el Cáncer.
Las vueltas de la vida lo pusieron, además, frente al equipo de Puerto Rico denominado “Los Rubios” que participó en el Clásico Mundial de Béisbol en 2017. Ronda se quedó en el mismo hotel que el equipo cuando notó que varios de los jugadores se habían pintado el pelo de rubio. De inmediato, encargó a su empresa 100 camisetas para repartir entre el equipo y sus familiares. Esto provocó extensas filas de fanáticos ávidos por un pedazo del famoso equipo.
“La diferencia de mi negocio está en el servicio. Si decimos que vamos a entregar miércoles, es miércoles. la meta nuestra es entregar hasta 72 horas antes porque nadie hace eso”, afirmó.