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Somos Cidra: Los múltiples encantos de la “Ciudad de la eterna primavera”

Conoce las bellezas naturales y los parajes de interés cultural e histórico de este pueblo

30 de octubre de 2022 - 9:39 AM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 2 años.
2022/10/14 SOMOS Cidra: En esta foto: plaza pública de Cidra, conocida como la "Ciudad de la eterna primavera". Foto: GFR Media / Isabel Ferré Sadurní (Isabel Ferré Sadurní)

Espacios naturales que activan la adrenalina de los entusiastas de la pesca, el kayak y el senderismo, complementados por las temperaturas frescas que caracterizan este pueblo, son parte de la carta de presentación de la “Ciudad de la Eterna Primavera”.

El Lago de Cidra es uno de esos lugares perfectos para despejarse y relajarse. Es el hábitat de una diversidad de especies que complementan la experiencia de cada visitante. Cuenta, además, con un mirador que permite visualizar y disfrutar el entorno.

De acuerdo con Gregoria Figueroa Cotto, quien fungió como guía turístico municipal por casi dos décadas, se trata de “un lago artificial que data de 1945″.

“Allí están plasmadas unas pequeñas tarjas con las distintas especies de flora y fauna del área, como, por ejemplo, lobina y la chopa, gallina de palo, la cigüeña y una gran variedad de árboles silvestres”, sostuvo.

“Ahí ahora está la silla del pueblo que tiene los tres colores de la bandera; verde, dorado y marrón. Se le llama el puente de la bandera, cuenta con las banderas de los barrios. A veces, hay otras banderas como, por ejemplo, el cáncer”, destacó la cidreña de 65 años.

Otro de los tesoros de este pueblo son los Chorros de Perico, ubicados entre los barrios Monte Llano y Ceiba. En el lugar se aprecia la caída de una impresionante cascada que muestra las maravillas de la naturaleza.

El Cerro Almirante y el Cerro Viento Caliente, ambos con una altura de alrededor de 2,200 pies, integran también los rincones explorables de Cidra.

“También tenemos la Hacienda Sabanera, que es un lugar recreativo rodeado por el lago. La hacienda fue un escenario de caballos de paso fino, antes de que el municipio la adquiriera; tiene piscina y gazebo”, resaltó.

Y, para los aficionados de la historia, en este pueblo todavía permanecen las ruinas del antiguo Puente Arenas, también conocido como el Puente Río La Plata. Esta estructura fue construida en 1894 y une a los municipios de Cidra y Cayey, cruzando el río más largo de la Isla: La Plata.

“Este es el puente de hierro colonial más largo y más importante que hubo en un momento dado…Tan es así que todavía prevalece”, dijo la historiadora y presidenta del Patronato Cidreño, Laura Torres.

Actualmente, turistas y locales visitan el espacio para apreciar las vistas, conocerlo y tomarse fotografías.

Pero Cidra ofrece más y, por eso, un recorrido por el casco urbano despierta la curiosidad por otras estructuras históricas como la Parroquia Nuestra Señora del Carmen. “Esta edificación fue construida, inicialmente, con techo de paja y yaguas y fue considerada uno de los atractivos arquitectónicos más importantes de la ciudad hasta el 1952″, destacó Torres.

Con los años, distintos fenómenos atmosféricos provocaron daños a la estructura, por lo que hoy día no conserva su fachada original, pero sí su esencia.

A pasos de la iglesia se encuentra el antiguo ayuntamiento, construido en 1818. La estructura de dos niveles albergaba en su primer piso una sala de emergencia, un dispensario médico y la corte de paz.

El segundo nivel se utilizó como las oficinas del alcalde, del tesorero, del director escolar y del registro civil. Hace tres años, el Patronato Cidreño adquirió las instalaciones para convertirlas en un museo. El proyecto está encaminado.

Figueroa Cotto recordó que la casa alcaldía “se conocía como la casa del rey para ese entonces, porque para esos años había dominio del gobierno español. Fue después de 1925 que funcionó como casa alcaldía”.

Mientras que, “alrededor de la plaza tenemos una pequeña barbería que data de 1950 a 1956; lo tenemos como lugar pintoresco. Actualmente, esa barbería conserva su fachada original y marcó un momento de cambio o transición. Cidra, antes de los años 50 era agrícola, vivía de la agricultura y luego de ese tiempo fue evolucionando, industrializando”, recordó.

“La barbería es como un punto clave, porque ahí los recortes se cobraban en forma de trueque; el intercambio de los frutos menores porque esa era la base de la economía antes de los años 50 y los jibaritos pagaban su recorte con gallinitas, frutos menores, entre otras cosas”, confesó.

Asimismo, la calle José de Diego conserva uno de los centros culturales más importantes en la Isla, en una edificación que albergó el Teatro Iberia, construido en 1926. Este edificio de dos niveles fue la sede de la transmisión de películas mudas de la época.

“Se llama Teatro Iberia en honor a la hija de Francisco Mendoza, que era el dueño del cineteatro que había aquí. Era cuando las películas eran mudas. Ella tocaba el piano para darle cierta ambientación (a las películas)”, destacó Torres.

Desde 1979, al espacio se le conoce como el Centro Cultural Cidreño. El primer nivel se utiliza como salón auditorio donde se presentan obras de teatros y libros, además de impartir clases de diferentes disciplinas artísticas.

Otra estructura para visitar es el Museo del Bombero Cidreño frente a la plaza pública, que, según Figueroa Cotto, “es una estructura histórica que data de la década de 1950. Ahora es un museo en honor a los bomberos de Cidra”.

Somos Cidra
Somos Cidra (El Nuevo Día)

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