El proyecto del ELA fracasó en la medida en que no logró sembrar en la mayoría de este pueblo la serenidad estoica, la cultura y las virtudes cívicas que buscaba Muñoz Marín, escribe Carlos Dalmau
El proyecto del ELA fracasó en la medida en que no logró sembrar en la mayoría de este pueblo la serenidad estoica, la cultura y las virtudes cívicas que buscaba Muñoz Marín, escribe Carlos Dalmau
Hace unos años, en una cena entre amigos, le compartí al pintor Francisco Rodón mi hipótesis sobre su famoso cuadro de Muñoz Marín. Dije que él había pintado a un Muñoz triste porque entonces él era joven y miembro de una nueva generación. En un sentido, la obra es una especie de parricidio generacional. Rodón, locuaz y afable, se quedó pensativo y dijo algo así: “pinté a Muñoz triste porque estaba triste, y creo que así quería él que lo pintara”.
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