No somos un país antiamericano, pero somos un país puertorriqueñista. Ello quiere decir que nuestras lealtades están con Puerto Rico, por el idioma español, por nuestra idiosincrasia latinoamericana y caribeña, dice Eduardo Villanueva
No somos un país antiamericano, pero somos un país puertorriqueñista. Ello quiere decir que nuestras lealtades están con Puerto Rico, por el idioma español, por nuestra idiosincrasia latinoamericana y caribeña, dice Eduardo Villanueva
Estamos cerca de una elección y una consulta sobre status político, que aunque no tiene consecuencias jurídicas, las tendrá políticas. Puerto Rico es un país en quiebra, ya no es un enclave militar y ha dejado de manifiesto de muchas maneras que es una nación en el sentido sociológico, claramente diferenciable de los Estados Unidos. No somos un país antiamericano, pero somos un país puertorriqueñista. Ello quiere decir que nuestras lealtades están con Puerto Rico, por el idioma español, por nuestra idiosincrasia latinoamericana y caribeña. Significa que cuando nuestros intereses como nación chocan con los de Estados Unidos, para nosotros Puerto Rico es primero. Ellos lo saben y en privado, cuando hablan con boricuas que dicen que son estadistas que quieren ser parte de la federación, nos dicen: “Es que ustedes son otra cosa, ustedes son diferentes”. Se trata del espíritu de la nacionalidad, de la personalidad cultural, que es el modo de vida de los pueblos, de una cultura diferenciable de la norteamericana. No se trata de que no nos quieran en el sentido afectivo. Creo que, en la academia, en las empresas donde laboran boricuas, nos respetan y nos admiran, aunque reconocen la diferencia cultural.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: