Los partidos tradicionales no pueden negarse a la tan necesaria introspección para recoger la bandera de la ineludible evolución y lograr un proyecto real de cambio, escribe Angelí Rivera
Los partidos tradicionales no pueden negarse a la tan necesaria introspección para recoger la bandera de la ineludible evolución y lograr un proyecto real de cambio, escribe Angelí Rivera
Los resultados de la pasada elección obligan a una reflexión profunda sobre el mensaje, directo e indirecto, que el electorado y, por consiguiente, el pueblo envió a los partidos políticos tradicionales en contra de la manera en que se ha hecho política hasta ahora. Ese mensaje contundente y esa cultura efervescente de derrotar al bipartidismo responden a la necesidad apremiante de transformación para continuar siendo relevantes. Por años se ha hablado sobre la urgencia de darle sentido de dirección a sus colectividades o romper con esas cadenas invisibles del terror a ser adultos. Sin embargo, no escucharon ni prestaron atención a ese llamado de presentar un proyecto político que responda a las aspiraciones y necesidades ciudadanas.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: